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Rosa María Calaf: «La buena información nos hace ciudadanos libres»

Una conversación profunda de la profesión del periodista, del buen y del mal periodismo, de la importancia de una sociedad crítica y de un uso consciente de la tecnología

23 septiembre 2023 19:21 | Actualizado a 24 septiembre 2023 07:00
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Rosa María Calaf (Barcelona, 1945) es considerada la decana de los corresponsales de TVE. Entró a la televisión a los 25 años y fue la cara visible de las delegaciones en ciudades como Nueva York, Moscú y Buenos Aires. Pionera del periodismo femenino, Calaf también fue la primera doctora Honoris Causa que invistió la URV, en mayo de 2008. El viernes inauguró el curso académico de la URV con una lección que debería ser escuchada por todos los profesionales de la información.

La lección inaugural de este curso fue titulada ‘La buena información nos hará libres’.

Siembre ha habito buena información y mala información buen y mal periodismo, pero en este momento estamos en una situación grave porque hay mucha inversión en mal periodismo. La tecnología, que es una herramienta estupenda para contrastar información, puede ser usada perversamente para desinformar, y coloca la ciudadanía en una situación de confusión porque no distingue la calidad de la información. Esto es muy difícil, no hay que creerse todo lo que sale en los medios. Y tecnología sí, pero con control: sin que nos controle a nosotros.

El primer paso es ser consciente de ello...

Sí, aparece una responsabilidad compartida, la política debe velar para que el ciudadano reciba una información honesta, rigurosa e independiente. Este es un derecho del ciudadano que debe ser protegido y los periodistas tenemos que estar atentos para no caer en este juego donde lo importante no es la calidad del contenido, sino supeditarlo a la tecnología. Esto también pasa por saber que dieta de medios escoger, un producto que no puede ser tóxico. ¡Reivindiquemos la información de calidad!

Es muy complicado llegar a todo el mundo. ¿Esto no es predicar en el desierto?

Claro que es difícil, si fuera fácil no estaríamos aquí. Pero no debemos caer en la resignación porque así la ciudadanía será extremadamente vulnerable al mal periodismo. Cuesta mucho pasar este mensaje, pero no debemos dejar de hacerlo. En el momento en que una víctima (de desigualdad, violencia o desinformación) no se considere víctima, en ese momento habremos perdido.

¿Este es el único mal del periodismo?

No es el único, pero es el trasfondo de los otros. El periodismo no es fácil porque visibiliza aquello que no quiere que se vea y explica lo que se quiere callar. Estas interferencias utilizan la precariedad del sector, la rapidez de la información consiguiendo menos contraste. Por eso siempre digo que la buena información nos hace ciudadanos libres y capaces de decidir nuestra propia vida. Una cosa tan frágil no puede estar en manos de aquellos que no le quieren nada bueno.

¿Y esto a nivel local como lo tratamos?

Mi homenaje es al periodismo local, que es el más complicado porque tiene todas estas presiones enfrente de casa. Siempre ha habido publicidad que ha sustentado cabeceras enteras, en la prensa local e internacional. La diferencia es el compromiso con la pluralidad. Porque el periodismo es un servicio a la ciudadanía, con este servicio tienen una mejor o peor calidad informativa y, por lo tanto, democrática.

¿Cómo define su periodismo?

He intentado siempre hacer lo que es el periodismo en su esencia: una profesión de servicio e intentar llegar al contraste de la información con la mayor honestidad posible. Siempre con los valores de la transparencia, el rigor y la independencia, y darle espacio a aquellos que normalmente no escuchamos.

Para las nuevas generaciones de periodistas es un símbolo del oficio.

Sobre todo, del periodismo femenino, sí, ya lo creo. No es que no hubiera periodistas mujeres, hace décadas, sino que no se las dejaba trabajar o se las invisibilizaba obligándolas a firmar con otros nombres. Se tenían que ganar espacios absolutamente cerrados y fue un esfuerzo, por eso estoy orgullosa de haber abierto camino y muy agradecida a la gente que me ayudó.

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