Los agentes de la Guardia Civil investigarán durante los próximos días toda la documentación intervenida en los registros a la sede del grupo Griñó, que presuntamente formaba parte de una trama dedicada al contrabando de residuos desde Italia hasta Cuenca y Tarragona.
Desde la inspección en la compañía, el cuerpo policial ha estado volcando toda la información recopilada –se intervinieron diversos ordenadores y móviles–, y ahora analizará aspectos como los correos electrónicos.
La investigación la asume la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA) del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Madrid. Concretamente, el caso está en manos del Grupo de Investigación Medioambiental (GIMA) n.º 3, que se dedica especialmente a la lucha contra la contaminación.
Sin faltas en las inspecciones
La Agència de Residus de Catalunya ha realizado, durante los últimos cuatro años, un total de nueve inspecciones en la planta de tratamiento que la empresa tiene en Constantí y 46 en la de Riba-roja d’Ebre. No se han detecteado residuos no autorizados en ninguno de estos examenes, según el organismo, que apunta también a que la documentación presentada cumplía la normativa vigente.
La Agència, no obstante, afirma que se reserva el derecho a presentarse como acusación particular en el caso de que se detecten indicios de delito. Es la línea que seguirán también algunas asociaciones de defensa medioambiental del territorio.