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En marcha las obras de ampliación de la UCI del Joan XXIII

A partir de verano, las camas de críticos del hospital tarraconense pasarán de 12 a 24. Además, la unidad cuenta con un nuevo y moderno acceso, tanto para familiares como para el personal

21 enero 2023 19:16 | Actualizado a 22 enero 2023 07:00
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Empiezan las obras de ampliación de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Joan XXIII de Tarragona. A partir de verano, el centro sanitario de referencia de la demarcación pasará de 12 camas de críticos a tener 24. Todas ellas con la última tecnología del mercado. Y aquí no se acaba todo.

La tercera y última fase de esta unidad es la puesta en marcha de 10 boxes más, ubicados donde actualmente se encuentran los paritorios. Así lo marca el plan director del nuevo Hospital Joan XXIII, que prevé que la unidad de críticos se concentre en su totalidad a la primera planta del Edificio C –el de Urgencias–, el único que quedará en pie en 2026, cuando entre en funcionamiento el nuevo complejo sanitario.

Empecemos por el principio. Hace aproximadamente medio año, el entonces conseller de Salut Josep Maria Argimon inauguraba las nuevas instalaciones de la UCI del Hospital Joan XXIII. Se ponían en marcha doce nuevos boxes con dispositivos médicos, de tratamiento y de monitorización de última generación.

Esta era la primera fase del proyecto de la reformada unidad de críticos. Fue entonces cuando empezaban las obras de mejora de la zona de acceso para familiares y para el personal de la UCI. Unos trabajos que acabaron el pasado mes de diciembre. Las nuevas instalaciones se están usando desde hace unas semanas.

Con esta primera fase ejecutada y en marcha, es momento de ir a por la segunda, que prevé los nuevos doce boxes para verano. Estas camas de críticos se ubicarán en el mismo espacio donde se encontraba la antigua UCI, justo al lado de la actual.

Los operarios ya han empezado a derribar lo que había hasta ahora, y en breves empezarán las obras. «Con esta ampliación, nos plantaríamos en verano con 24 boxes de UCI, casi el doble de lo que teníamos», explica David Edo, director de Serveis Generals del ICS Camp de Tarragona. Cabe recordar que, hasta el año pasado, el Joan XXIII solo disponía de 14 camas de críticos. Edo añade que «lo bueno de ir haciendo esta unidad por fases es que, si la tecnología avanza, los boxes se adaptarán».

Este nuevo espacio de UCI estará preparado por si vuelve a llegar una pandemia, como la de la Covid. «La instalación podrá sectorizarse, generando tres clústers totalmente separados, e incluso con accesos independientes. Es una de las cosas que hemos aprendido con la pandemia», asegura Edo.

Las obras se realizan gracias a los fondos europeos REACT-EU, y el coste es de 1,9 millones de euros. «Aquí hay que añadir el equipamiento, es decir, las camas, los monitores, y más, que pueden llegar a doblar el precio», añade el responsable de Serveis Generals del ICS Camp de Tarragona.

Edo reconoce la complejidad de llevar a cabo unas obras tan importantes, mientras el hospital sigue a pleno rendimiento. «Son muchos los profesionales que están haciendo esfuerzos para que las dos realidades convivan de la mejor manera», explica.

El traslado de los paritorios

Una vez esto esté listo, la tercera fase del proyecto de la nueva UCI prevé habilitar diez camas de críticos más en el espacio donde actualmente se encuentran los paritorios del Joan XXIII. La idea que contempla el plan director del nuevo hospital es que los paritorios, que han quedado antiguos, se hagan nuevos y se trasladen a la cuarta planta del Edificio C, donde hay la UCI pediátrica y neonatal. «La intención es montar un core –una especie de núcleo– maternoinfantil, donde concentrar todos los servicios dirigidos a los más pequeños», explica Edo.

Esta fase permitirá ampliar la UCI con diez camas más, lo que permitirá llegar a un total de 34 boxes. Nada mal teniendo en cuenta que, hace apenas medio año, el Hospital Joan XXIII contaba con 14. Esta última fase está prevista que empiece a ejecutarse en 2024, para que la unidad definitiva de cuidados intensivos esté lista a finales de 2025 o principios de 2026, coincidiendo con la puesta en marcha del nuevo hospital.

La UCI definitiva conectará directamente, a través de una pasarela, con el edificio principal –que todavía no ha empezado a construirse– del nuevo complejo hospitalario. «Esta unidad estará casi unida con la de intervencionismo y alta complejidad. Ya está hecho expresamente», añade Edo.

Pese a que el calendario marque el 2026 como puesta en marcha de la UCI definitiva, lo cierto es que ya se han empezado a dar los primeros pasos al respecto. Hace unos días, el Departament de Salut adjudicaba a una empresa la redacción del proyecto de los nuevos paritorios. «Nosotros, como hospital, hemos presentado un anteproyecto, que refleja la idea que andamos buscando. Ahora, una empresa dará forma a lo que será este nuevo core maternoinfantil en la cuarta planta», explica el responsable de Serveis Generals del ICS.

Una UCI que parece un hogar

Hace unos días, entraba en funcionamiento el nuevo acceso a la UCI, tanto para los familiares como para el personal. Los trabajos de remodelación terminaron el pasado 20 de diciembre. «Una de las cosas que teníamos clara era que, con las nuevas instalaciones de la UCI, era primordial cuidar a los pacientes y a sus familiares. Es una parte fundamental del proceso», explica la doctora Maria Bodí, responsable de la UCI del Joan XXIII.

La nueva secretaría es más abierta a los usuarios y cuenta con un mobiliario más propio de un hogar que de un hospital. Además, se ha habilitado un office, con sillones y mesas, donde los allegados puedan estar cómodos y descansar. También se ha apostado por un despacho de información, donde el médico comunique el estado del paciente sea a los familiares.

El personal también ha ganado en comodidad. El pasillo que lleva a los boxes está lleno de salas. Una es para los carros de la comida, otra para guardar las sábanas, dos espacios para almacenar material, salas de trabajo, una especie de comedor y despachos. «Necesitamos adaptarnos al cambio, ya que los circuitos se han modificado. Pese a ello, el espacio se ha dignificado mucho y estamos muy cómodos», añade Bodí.

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