Desde el pasado día 5 y hasta mañana día 30 de septiembre, se lleva a cabo la 16ª campaña de excavación arqueológica consecutiva en el yacimiento del Barranco de la Boella (La Canonja, Tarragonès), bajo la dirección de los investigadores del IPHES-CERCA Palmira Saladié y Josep Vallverdú.
En ese tiempo, este yacimiento se ha convertido en un referente internacional por el conocimiento de las primeras poblaciones humanas de Europa. Los trabajos de este año han permitido ampliar y completar el conjunto de herramientas líticas procedentes de este lugar, además de recuperar abundantes restos de fauna.
El objetivo de esta campaña era continuar con los trabajos de excavación en extensión en los sectores de Cala 1 y Mina. En el caso de la Cala 1, durante campañas anteriores se han recuperado restos de un mamut despellejado por los humanos del pleistoceno inferior (hace 1 millón de años), junto con gran cantidad de restos de herramientas de piedra que representan las evidencias más antiguas en Europa de la cultura acheuliana, conocida también como “hachas de mano”, y que son el testimonio de las dispersiones humanas más antiguas registradas fuera de África.
Este año, los trabajos de excavación en la Cala 1 han permitido ampliar este registro lítico con abundantes herramientas de piedra hechas principalmente de sílex. Es muy probable que estas herramientas de piedra estén relacionadas con los trabajos de despellejo de un mamut, cuyos restos empezaron a aparecer en los años 2007 y 2018.
En el caso de la Mina, se han continuado con los trabajos de excavación en extensión de un área aproximada de unos 300 m2, entrando en el techo del nivel 2.
Este nivel es singular porque según los sondeos hechos en campañas anteriores es el más rico de los registrados en el Barranc de la Boella. Aunque todavía no se ha alcanzado la parte más rica de este depósito, se han recuperado abundantes herramientas de piedra, entre las que destaca un «pico» hecho de esquisto.
Es la primera vez que se documenta este tipo de herramienta en el yacimiento, y sin duda permitirá al equipo investigador conocer en profundidad la diversidad tecnológica de este grupo de homininos de cerca de un millón de años.
Y es que el yacimiento del Barranc de la Boella se está constituyendo una colección formidable de herramientas y restos líticos de gran singularidad no sólo por su antigüedad sino también por su buena conservación.