«Siento que la etapa del restaurante ha llegado a su fin porque me ilusiona el nuevo proyecto de La Caleta Selecció y quiero dedicarle el 100%», explicaba al Diari Román del Olmo, propietario del restaurante La Caleta. El icónico establecimiento anunció ayer en un comunicado en redes sociales que cerrará sus puertas a finales del mes de junio.
La Caleta anunció en un comunicado en redes sociales que el origen de esta decisión surge de la pandemia, cuando «nos hizo ‘salir de casa’ a buscar alternativas dada la crítica situación», fue entonces cuando «nació La Caleta Selecció, donde tuvieron una gran acogida nuestras tartas de queso». El proyecto ha ido creciendo y sus reconocidos cheesecakes de payoyo tienen ya sus réplicas en otros sabores y nuevos productos, entre ellos, los ahumados. Todo un reto ilusionante para Román del Olmo, el propietario de La Caleta, quien al ver la respuesta del público ante sus nuevas propuestas culinarias, empezó a pensar en dar un giro a su vida profesional.
«La vida son etapas, retos e ilusiones», explicaba Román en su comunicado, quien finalmente ha decidido apostar en firme y en exclusiva por su proyecto de productos gourmet, aún cuando el restaurante está en uno de sus mejores momentos, como una de las propuestas más consolidadas de la demarcación. Pero este proyecto le ha llevado a vender sus elaboraciones a distintos restaurantes y otros establecimientos, también de Barcelona, todo un nuevo horizonte que explotar.
El legado de Avelina
El emblemático espacio abrió sus puertas en 1985, de la mano de Avelina del Olmo y Lluís Vives, otorgando una nueva actividad a esa torre señorial ubicada en el Passeig Marítim Rafael Casanova. Su buen hacer, con la elegancia y discreción de los restaurantes clásicos, un entorno y emplazamiento únicos, la férrea gestión de Avelina y una cocina exquisita conquistaron rápidamente a muchos paladares. Sin ir más lejos, el periodista que nos da el bon dia cada mañana desde RAC1, Jordi Basté, es uno de sus clientes conocidos e incluso en antena recuerda entre halagos el ya mítico gazpacho con cerezas y fresones.
El equipo no tardó mucho en animarse a emprender de nuevo y se decantaron por otro espacio espectacular justo en frente, Mas Roselló, al que dotaron de una decoración y diseños llenos de personalidad. Cenas románticas, bodas íntimas, comidas sobresalientes, bautizos y comuniones de categoría... El estiloso chill out, las calçotades gourmet «dejan una vida de mucho de esfuerzo y sacrificio, aprendizaje constante y de pérdidas personales, pero también de momentos especiales y celebraciones que perdurarán en nuestro recuerdos», relataba Román en su comunicado.
Los Olmo decidieron que ella gestionaría La Caleta y su hijo Román, Mas Roselló, algo que se sostuvo durante años hasta el fallecimiento de Avelina, el 8 de diciembre de 2013. Pocos meses después, Román decidió decir adiós a Mas Roselló para centrarse en La Caleta. «Desde la ausencia de mi madre me propuse hacer un salto a nivel culinario, donde he apostado por jefes de cocina procedentes de grandes casas y donde junto con un gran equipo de sala, próximo y detallista, hemos redondeado comidas y cenas especiales con los que con una estética y entorno cuidado, único en la ciudad, hemos conseguido el restaurante del cual a mí me gustaría disfrutar», explicaba el joven restaurador.
¿Quién no guarda un recuerdo precioso de La Caleta? Su exquisita torre se despedirá de la clientela justo en el solsticio de verano.
