El Observatori de la Qualitat de l’Aire de Tarragona ha conseguido medir, por primera vez, un año entero de las puntas de contaminación del compuesto 1,3-Butadieno. La estación está ubicada en la rambla de El Morell y se ha podido hacer a través de un sistema continuo de las inmisiones.
Lo único que se desprende en el informe presentado este miércoles acerca de los datos registrados, es que el 2% de las muestras recogidas en El Morell superan los 20 microgramos por metro cúbico (µg/m3), valor que el Observatori coge como referencia, por ser el indicador máximo que existe para los picos de benceno. Y es que cabe recordar que el butadieno, pese a ser un compuesto tóxico, no cuenta con una normativa que establezca un valor límite de inmisión, ni en España, ni en Europa.
Así pues, el Observatori, impulsado por Repsol, con el apoyo de la AEQT, la coordinación del Institut Cerdà y la dirección científica de la URV, mide por primera vez las puntas de butadieno, pero lo hace de manera parcial, sin dar a conocer ni la cifra a la que se ha llegado durante los picos, ni los períodos de exposición.
Javier Sancho (Dir. Complex Industrial Repsol a Tarragona): «Los resultados son buenos y están muy por debajo de los límites establecidos»
El director de Repsol Tarragona, Javier Sancho, aseguraba ayer en la presentación que «los datos están, pero que todavía no ha habido tiempo para analizarlas, teniendo en cuenta que hablamos de más de 15.000 datos». Sancho insistió en que la población del Camp de Tarragona debe estar «tranquila», porque los resultados son «buenos, y están muy por debajo de los límites establecidos».
Lo que si que contempla el estudio presentado ayer es la media anual de 1,3-Butadieno recogido a través del nuevo medidor en El Morell, que asciende a 1,65 µg/m3, frente a la media anual del medidor pasivo utilizado habitualmente, que ha sido de 1,62 µg/m3. «Estos datos demuestran que el método pasivo es un método robusto y fiable», explicaba ayer el doctor Francesc Borrull, catedrático del área de Química Analítica en la URV.
Francesc Borrull (Catedrático URV): «Los datos registrados en El Morell demuestran que el método pasivo es un método robusto y fiable»
En el caso del primer estudio de las puntas de 1,3-Butadieno, la estación de El Morell detectó medias mensuales relativamente superiores a esta cifra recomendada de 2 µg/m3 en los meses de marzo, junio y noviembre, sin que esto haya afectado a la media anual, que sigue por debajo de la recomendación en todo el Camp de Tarragona.
Constantí lidera el ranking
El informe del Observatori de la Qualitat de l’Aire de Tarragona también explica que las poblaciones cercanas a los complejos petroquímicos es donde se registra una mayor presencia de compuestos orgánicos volátiles, como son el caso de Constantí, El Morell o La Pobla de Mafumet. A modo de ejemplo, la media anual de butadieno en Constantí es 1,54 µg/m3, la de El Morell, 1,62, y la de Prades –como población más libre de contaminación–, 0,11. Por otro lado, Barcelona registra 0,36 µg/m3. Todos ellos muy por debajo del valor de referencia que tienen en Ontario (Canadá).
Pasa algo parecido con el benceno, otra sustancia tóxica. En Constantí, la cifra asciende considerablemente, en comparación al resto de poblaciones, llegando a 1,30 µg/m3. En Prades se llegó a 0,16 y, en Barcelona, 0,53.
Ignasi Cañagueral (Presidente AEQT) «El objetivo del Observatori es ser transparente y buscar maneras de mejorar»
Por todo ello, los responsables del Observatori anunciaron ayer que, siguiendo los pasos de El Morell, la intención es mostrear, este año, las puntas de contaminación de butadieno en el municipio de Constantí.
Por su parte, Ignasi Cañagueral, presidente de la AEQT, aseguraba que «el Observatori quiere ir más allá de lo que piden las administraciones, con la intención de generar datos complementarios, para ser más transparentes y para poder mejorar». Algunas de estas mejoras ya se han llevado a cabo en los últimos años, «a modo de inversiones que han permitido reducir la emisión de compuestos», explicaba Sancho.