Ayuntamiento y Gimnàstic de Tarragona anunciaron ayer lo que supone dar un paso más para el esperado traslado del fútbol base del club grana al Anillo Mediterráneo de Campclar. Ambas partes hicieron público este jueves que ya han firmado la concesión por 50 años de los terrenos municipales en la zona de Ponent, pero la entidad presidida por Josep Maria Andreu exige aún la aprobación inicial del futuro barrio del entorno del Nou Estadi –el PMU34– para que el proyecto de la Ciutat Esportiva pueda empezar a andar.
«Necesitamos que se apruebe el plan de manera inicial para poder ejecutar la inversión, no jugaremos con el futuro del club. Nosotros hemos cumplido: hemos pagado la fianza y los proyectos, ahora le toca al ayuntamiento actuar con celeridad», indica Andreu en declaraciones al Diari. La ansiada aprobación inicial del plan por parte del pleno municipal de la Plaça de la Font daría al club las garantías jurídicas y administativas suficientes para afrontar la inversión, que se calcula en unos dos millones de euros en su primera fase.
De hecho, en 2018 la entidad ya abonó la fianza de 40.000 euros por la adjudicación del uso de los terrenos, mientras que a partir de ahora el Gimnàstic pagará otros 85.000 anuales a la administración local hasta el 2072 en base al canon de explotación, lo que en cinco décadas suponen más de 4,2 millones de euros.
Faltan dos estudios para el plan
Sin embargo, para que puedan iniciarse las obras de la Ciutat Esportiva primero deben superarse dos estudios técnicos «imperativos», que son los que permitirán al gobierno local (Esquerra-JxTGN-CUP) poder llevar el plan al Saló de Plens para su aprobación. Se espera que este trámite se supere durante el primer semestre de este 2023, según indicó recientemente a este periódico el concejal de Territori, Xavier Puig (ERC), quien ayer calificó la concesión de los terrenos de Campclar en favor del Nàstic como «una buena noticia» porque la entidad «gestionará las instalaciones al servicio de la ciudad».
Los dos estudios que quedan pendientes los solicita la Generalitat de Catalunya. El primero de estos hace referencia a la parte hidráulica del proyecto, teniendo en cuenta que debe contemplarse una solución para la inundabilidad de la parte sur del sector, donde llegan las aguas del barranco de la Budellera.
Durante el intenso episodio de lluvias que se registró el día de Santa Tecla, esta zona quedó gravemente afectada. Ahora debe encontrarse una solución para que, con la urbanización de este entorno, el problema no se acentúe. Por este motivo, desde la administración local se están planteando varias opciones y el ACA decidirá la más pertinente.
En paralelo, la Autoritat Territorial de la Mobilitat (ATM) del Camp de Tarragona ha solicitado un estudio de movilidad para conocer el impacto que tendrá en este sentido la nueva urbanización en la zona.
514 viviendas previstas
Con estos trámites aún pendientes, y con la tramitación del proyecto en curso desde hace años, el presidente Josep Maria Andreu admite que el club de la Budellera ya tiene «varios interesados» para comprar el 45% de terrenos que el Nàstic tiene en propiedad en el plan parcial de 124.000 metros cuadrados en los que se construirán 514 viviendas para dar continuidad a la Vall de l’Arrabassada, entre la rotonda de la Via Augusta, la ITV y los terrenos junto al estadio de fútbol.
En esta operación, el Gimnàstic prevé ingresar entre siete y ocho millones de euros, una cantidad que, en gran parte, se destinará para la construcción de tres campos de fútbol en un espacio de 47.000 metros cuadrados situados en la zona que sirvió como aparcamiento del Anillo Mediterráneo de Campclar durante los Juegos de 2018. Este futuro equipamiento dará cobijo a los más de 550 jóvenes que en la actualidad juegan en los equipos de base de la centenaria entidad.