El Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona es el centro hospitalario catalán con más lista de espera para operarse de una prótesis de rodilla. Los datos asustan. Y es que solo hay un hospital en toda Catalunya que obligue al ciudadano a esperarse más de 200 días para esta intervención. Se trata del Joan XXIII y el tiempo de espera, según datos facilitados por el CatSalut, es de 371 días de media. Cabe tener en cuenta que la normativa establece que el Servei Català de la Salut debe garantizar la operación de prótesis de rodilla en un plazo inferior o igual a 180 días. Podemos concluir entonces que en Tarragona, y concretamente en el Joan XXIII, el tiempo de espera para este tipo de intervenciones dobla lo estipulado por ley.
Actualmente, hay 281 pacientes en lista de espera para ser operados de prótesis de rodilla en el hospital tarraconense de referencia. Desde enero y hasta hoy, se han intervenido a 54 pacientes. En el caso del Hospital Sant Pau i Santa Tecla, el tiempo de espera es de 128 días, las personas pendientes de ser operadas 72, y las prótesis colocadas desde principios de año, 69. Estos datos explicarían que, en algunos casos, el Joan XXIII deriva pacientes al Hospital de Santa Tecla para ser intervenidos de la rodilla.
Con estos datos, podríamos intuir que el Camp de Tarragona también encabeza el ranking de regiones sanitarias con más lista de espera en operaciones de rodilla. Si eres tarraconense y requieres de una prótesis, debes esperarte una media de 253 días. Si vives en Girona, el tiempo de espera es de 164 días. Y en Barcelona ciudad, 160. Otro dato: en Tarragona se han operado 322 personas desde enero, en la capital del norte de Catalunya, 621, –casi el doble–. Y en Barcelona, 1.226.
Sin ninguna duda, Tarragona es la demarcación catalana que más mal parada sale en lo que hace referencia a las prótesis de rodilla. ¿Cuáles son los motivos? ¿Porqué no se respetan los plazos marcados por la misma administración que los incumple? ¿La sanidad es igual para todos los habitantes de Catalunya?
La pandemia pasa factura
Las listas de espera son uno de los principales problemas de la sanidad catalana. Empezaron a crecer en la época de los recortes, en 2008, pero se han disparado ahora, tras la pandemia. La Covid obligó a cerrar quirófanos, para convertirlos en unidades de cuidados intensivos improvisados. Las pruebas diagnósticas se postergaron y las consultas con el especialista, puerta de entrada a la lista quirúrgica, se redujeron a la mínima expresión. El impacto de todo ello a la bolsa de pacientes era más que previsible.
Hace pocos meses, los hospitales volvieron a la normalidad y los quirófanos empezaron a funcionar. El problema, ahora, parece que sea la falta de profesionales. Es difícil encontrar anestesistas o enfermeras para llenar los equipamientos y dispuestos a doblar turnos y jornadas. El cansancio acumulado del personal sanitario está pasando factura.
«La Covid bloqueó todo el sistema, dando prioridad, sobre todo, a las intervenciones oncológicas. Las operaciones que podían esperar, no se hacían», explica Marina Roig, delegada de la junta de personal del Hospital Joan XXIII, por el sindicato CATAC-CTS/IAC. Roig añade que «quizás la prótesis de rodilla no es un tema de vida o muerte, pero lo cierto es que puede llegar a invalidar a una persona».
La delegada explica que, ahora, los quirófanos se han activado e, incluso, se ha montado alguno más con el objetivo de acortar las listas de espera. «Hay un atasco importante en el hospital, que será muy difícil de solucionar. Acabaremos priorizando», dice Roig, quien reconoce que «ahora nos encontramos con que no hay profesionales suficientes para llenar los quirófanos».
Según apunta, existe un elemento que podría explicar porque Tarragona sufre más la falta de personal y las listas de espera que en otros puntos de la geografía catalana. «Nuestro territorio tiene una particularidad que lo diferencia del resto. Hay mucha competencia, porque hay muchos proveedores. Al final, los profesionales se van donde mejor les tratan. Dejan la pública por la privada», explica Roig.
Fuga de traumatólogos
En el caso concreto de Tarragona, nos enfrentamos a otra problemática que podría ser una de las causas de la situación. En los últimos cuatro años, se han ido un total de seis traumatólogos –también cirujanos– del Hospital Joan XXIII. «Se van porque la sanidad privada les trata mejor y porque no se consideran bien tratados por el hospital», explican fuentes del sindicato Metges de Catalunya, quienes se refieren a temas como la conciliación familiar, por ejemplo. El servicio de traumatología se encuentra ahora cojo, después de que dimitiera el responsable de la unidad.
Por su lado, fuentes del Hospital Universitario Joan XXIII aseguran que «se está trabajando para menguar y reducir el tiempo de espera en operaciones de prótesis de rodilla, recuperando la actividad normal», y añaden que «actualmente, el centro realiza operaciones semanales de esta especialidad».
Actualmente resulta difícil encontrar anestesistas y enfermeras
