Después de dos años y medio, finalmente la Platja Llarga ya ha recuperado uno de sus espacios emblemáticos: el histórico Iot, que estuvo abierto 35 años, entre 1986 y noviembre del 2021.
Tras más de 31 meses en stand by, la pasada semana reabrió el local con nuevos propietarios: Punt Barraquer SL, que hace meses fue la empresa ganadora del concurso público, tras presentar una oferta económica de 121.601 euros al año para gestionar durante los próximos seis años el espacio, que cuenta con 762 metros cuadrados de superficie, con un aforo para 151 personas.
Según la oferta presentada, su propuesta gastronómica se basará en la gastronomía mediterránea, con platos aptos para vegetarianos y veganos. Entre los planes de la nueva gestora también está llevar a cabo información y sensibilización ambiental orientados a los trabajadores y los clientes, la participación en tres campañas vinculadas a la conservación de la playa, ofrecer productos de proximidad y con certificación ecológica, además del compromiso por contratar a trabajadores de Tarragona y de su entorno inmediato.
El punto de inflexión de 2018
Lo cierto, sin embargo, es que la reapertura del negocio tenido que superar un tortuoso camino hasta poder vislumbrar una nueva etapa. A finales del 2018, el Departament de Economia de la Generalitat decidió «regularizar» el uso del emplazamiento, ya que hasta entonces estaba con un permiso temporal, sin contar con una concesión en firme, según justificó en su momento la Generalitat para instar a la recuperación del dominio de la finca.
Sin embargo, el entonces gestor del local se opuso a devolver la llaves, iniciando una batalla judicial que llegó hasta el Tribunal Supremo, que finalmente en 2021 avaló el desahucio de los inquilinos por parte de la propiedad. Pese a ello, en 2022 se convocó un nuevo concurso, que pocos meses después fue anulado por un defecto administrativo.
En 2023 se intentó de nuevo, por tercera vez, logrando finalmente adjudicarlo a la firma tarraconense. En marzo la consellera firmó la habilitación, poco después se iniciaron las obras y, hoy, el nuevo Iot ya es una realidad.