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El casal del autismo, felicidad a medida

Sociedad. En el casal organizado por Todos en Azul, 24 niños y adolescentes con TEA disfrutan de experiencias impensables como subir a un hinchable de feria

04 julio 2022 20:41 | Actualizado a 05 julio 2022 19:48
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Fiesta de pueblo (o de barrio), música, barullo... Y allí, en medio de todas las atracciones, el centro de las miradas y deseos infantiles: el formidable castillo hinchable de turno. Cualquier padre seguramente ha compartido la misma visión y, sin embargo, la mayoría de padres de niños con autismo ni siquiera se plantean que ese sea un sitio para sus hijos.

Pues en el Casal del Autismo tienen uno, un hinchable de la Patrulla Canina donde pueden desquitarse sin ruido, con seguridad y, sobre todo, sin que nadie les juzgue si en algún momento hacen algo que al resto no les parezca ‘normal’.

Esta es apenas una de las muchas experiencias que pueden disfrutar desde ayer y hasta final de mes, los niños y jóvenes en el casal que organiza la asociación de familias Todos en Azul por segundo año consecutivo.

Las 24 plazas disponibles se acabaron en 24 horas. «Lamentablemente se han vuelto a quedar muchos niños fuera, eso habla de la gran necesidad que tienen las familias, explica Juan José Caravaca, presidente de la entidad, quien recuerda que el objetivo es doble: que los niños puedan disfrutar de actividades de ocio y que los padres tengan un respiro.

Una de las peculiaridades del casal es que no hay límite de edad (hay participantes de 3 a 21 años) ni en función de la condición (algunos niños tienen otros trastornos). Marcos Arufe, director de In-neuro, explica que esto es valorado especialmente por las familias de adolescentes y jóvenes. «Cuando los niños crecen los padres y abuelos también envejecen y no puedes dejar a un chico que necesita mucha atención a cargo de alguien de 70 u 80 años».

Atención personalizada

Una de las peculiaridades es que hay un elaborado trabajo previo con las familias antes de llegar al casal. Por una parte, quienes están a cargo de los niños conocen al detalle sus características, intereses, lo que no les gusta... Con los niños también se hizo un trabajo previo para que pudieran anticipar dónde venían. Usaron pictogramas (dibujos) o fotografías del casal. En función de las necesidades de cada participante se estimó la cantidad de monitores (todos especializados), así que la ratio es de un monitor por cada uno o dos niños.

Caravaca explica que por eso un casal de estas características sería impensable sin una subvención. La actividad cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Tarragona.

Hasta una peluquera

El casal se desarrolla en la Escola Torreforta, a la cual los organizadores están muy agradecidos porque hay espacios amplios y separados. En una de las aulas hay un niño jugando con una pista de cochecitos mientras una peluquera le corta el cabello con una maquinilla de lo más silenciosa. Podría parecer algo fuera de lugar, pero ir a la peluquería puede ser un auténtico calvario para algunos niños con autismo y sus familias. Hay una mezcla de contacto, ruido y lugar desconocido difíciles de soportar.

En otra aula hay dos niñas más pequeñas jugando con unos animales y una tercera que llora y no quiere participar de lo que le dicen. «Esto también forma parte del casal, si no, no sería real. Esto es lo que hay en las casas cada día», recuerda Arufe.

Hay otro espacio con una luz más tenue y con una especie de almohadón gigante y un espacio sensorial destinado a la autorregulación de los niños con piscina de bolas, cama elástica, entre otros elementos.

Igual que el año pasado repetirán iniciativas que gustaron mucho, como las actividades de contacto con ponis y perros, así como deportes adaptados.

Pero el momento cumbre estalla, sin duda, cuando llegan a las piscinas que han montado para ellos. Cada uno va a su ritmo, desde el que no puede esperar a meterse, al que se hace el remolón. Esta vez, además, tienen una figuras de animales que lanzan chorritos de agua. Pura dicha.

Ahora, explica Caravaca, toca pensar en tener un espacio donde las familias y los niños puedan compartir ratos de ocio. La asociación, de hecho, tiene un proyecto de crear un casal permanente para el cual han ido ganando adeptos y algunos fondos. Es una meta ambiciosa, reconoce, pero no se van a rendir.

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