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El campo envejece

El 66% de los payeses catalanes tiene más de 55 años, sin que haya relevo generacional. En los últimos cinco años se ha perdido un 12,8% de las explotaciones agrarias de Tarragona

27 abril 2022 21:04 | Actualizado a 27 abril 2022 21:06
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Nuestro sector agrario envejece a pasos agigantados. Las cifras son demoledoras. Un 41% de los payeses catalanes tiene más de 65 años y un 25%, más de 55. El relevo generacional brilla por su ausencia, ya que los agricultores menores de 41 años no llegan ni al 10%. En toda Catalunya ha dejado de cotizar a la Seguridad Social desde 2010 un 17% de payeses, mientras que el número de explotaciones agrarias de la provincia de Tarragona va disminuyendo año tras año, pasando de las 22.454 de 2015, a las 19.567 de 2020, es decir un 12,8% menos. La superficie agraria también ha caído un 1,4% en estos últimos cinco años en nuestras comarcas.

Rafel Español refleja a la perfección lo que está pasando. Este payés de El Morell tiene 66 años y, aunque hace uno que se jubiló, sigue trabajando su tierra. «Con una paga de jubilación de 784 euros, más otra que tiene mi mujer, que también era autónoma, no nos llega. Así que sigo trabajando la tierra. Lo hago para complementar mi pensión, pero también para cuidar la tierra», explica Rafel al Diari.

Pero a pesar de seguir trabajando en sus avellanos y olivos, este agricultor reconoce que «no me sirve ni para complementar la pensión ni para mantener el patrimonio. Si todo estuviese como hace 15 años, tendría a una persona trabajando para mí, pero no puedo, ya que hace mucho tiempo que trabajamos por debajo de los precios de coste».

En este caso, como en la mayoría, no existe relevo generacional. «Soy la quinta generación de payeses y no tengo relevo. A mi hijo le gusta la tierra y, de hecho, me ayuda. Pero como es muy complicado ganarse la vida con esto, se dedica a otra cosa», explica Rafel, quien reconoce que «el momento es crítico y se me cae el alma al suelo cuando miro alrededor de mis tierras y veo fincas abandonadas. Yo aguanto por orgullo, porque he visto a mi abuelo y a mi padre trabajar la tierra y quiero mantener el patrimonio».

El coordinador territorial del Camp de Tarragona de Unió de Pagesos, Pere Guinovart, no puede ocultar que «estamos preocupadísimos ante el envejecimiento de nuestra payesía. Los jóvenes que siguen trabajando las tierras son muy pocos. Por ejemplo, en el sector de la avellana más del 85% son personas mayores».

Guinovart atribuye esta problemática a diferentes motivos. «Por un lado están los precios, que no acompañan», comenta el histórico dirigente de Unió de Pagesos, quien añade que «estamos vendiendo a unos precios de hace 20 años. Si a esto le sumas que los costes de producción se han disparado alarmantemente (la electricidad, un 30%; los productos fitosanitarios, un 25%; el abono, un 40%, o el gasoil, un 50%), esto provoca que las explotaciones no sean viables». Por último, y en el caso de la avellana, «llevamos dos años sin cosecha por culpa del cambio climático», apostilla el sindicalista.

Guinovart habla de «una situación de desánimo» entre la payesía y se lamenta de que «mientras los agricultores lo están pasando mal y cada vez hay menos, el sector de la distribución ha cerrado con beneficios en estos dos últimos años. La distribución de los cereales está en manos de cuatro fondos de inversión que dominan el mercado del Camp de Tarragona. La conclusión es fácil: los que están haciendo negocio son las grandes distribuidoras y los fondos de inversión, no los payeses».

Puestos a buscar soluciones, el líder de Unió de Pagesos en el Camp de Tarragona recuerda que «dependemos de tres factores. De la Unión Europea y sus ayudas, del Estado y de las políticas agrarias de la Generalitat. Estas últimas están llevando a los jóvenes que quieren ser payeses al endeudamiento, cuando estos tendrían que estar mimados, por ejemplo con contratos globales de explotación con una renta garantizada. La Generalitat debe decidir si apuesta por una política agraria familiar o por una política agraria en manos de los fondos de inversión».

Medidas de la Generalitat

A pesar de estas quejas de los payeses, desde la Generalitat defienden que están llevando a cabo políticas activas para intentar frenar este envejecimiento de la payesía. En este sentido, el secretario de Agenda Rural, Oriol Anson, explica que «para intentar que se produzca el relevo generacional existen unas ayudas directas a fondo perdido a jóvenes, cofinanciadas por la UE y por nosotros. Estamos aprobando entre 280 y 300 solicitudes al año, todas ellas con el compromiso de mantener la actividad agraria, como mínimo, cinco años».

Anson recuerda que «existe otra ayuda para hacer más viables las explotaciones. Fuera de esas ayudas tenemos el registro de tierras, que pretende identificar las parcelas abandonadas, buscar al propietario y proponerle que la incorpore a un registro para que pueda acabar en manos de algún payés joven». Aunque el problema es de gran magnitud, el secretario de Agenda Rural dice ser «optimista, porque si se acaba la payesía tendríamos un problema como país».

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