El Black Friday, los Bons Comerç, la puesta en marcha de las luces de Navidad y la incertidumbre por la falta de suministros, han sido los factores clave para registrar un fin de semana récord en el comercio de Tarragona. La mayoría de tiendas aseguran que se han superado las ventas del Black Friday del año 2019, cuando la pandemia todavía no había llegado. «La incertidumbre generada en los últimos días por la falta de suministros ha disparado las compras este fin de semana. La gente tiene miedo a quedarse sin los regalos de Navidad y, en esta ocasión, se han anticipado», explica el presidente de Pimec Comerç Tarragona, Florenci Nieto. Ahora, los comercios, optimistas como hacía meses que no estaban, preparan con ilusión una campaña de Navidad intensa.
De hecho, para el pequeño comercio de la ciudad, el Black Friday funciona como pistoletazo de salida a esta campaña. «Es la fiesta del comercio de grandes marcas y, nosotros, las empresas pequeñas y medianas, nos hemos querido hacer un agujero aquí», explica Nieto, quien añade que «los descuentos han sido, como máximo, del 20%. No podemos abaratarlo más».
Melcior Bustos, propietario de la tienda de regalos El Lloro de la Negrita –en la calle Governador González–, explica que, este fin de semana, las ventas han aumentado un 25% respecto al año anterior. «Si no pasa nada raro, como por ejemplo un incremento importante de contagios, se augura una buena campaña de Navidad».
En esta misma línea, Toni Renom, gerente adjunto de Parc Central, explica que «nos hemos encontrado ante un Black Friday de recuperación, con una facturación y afluencia que se acercan a las del 2019», y añade que «además, hemos detectado un cambio en el comportamiento de los consumidores. Los usuarios que han visitado el centro comercial lo han hecho con una clara intención de comprar, a diferencia de otros años, que aprovechaban para pasear».
Los expertos en comercio opinan que el miedo a quedarse sin suministros explicaría este aumento de las ventas. La preocupación existe entre el colectivo y, tal como se ha demostrado este fin de semana, también entre la ciudadanía.
A la escasez de materiales, hay que sumarle las huelgas de transporte y el encarecimiento de la electricidad, un dolor de cabeza para los comerciantes que les obliga a aumentar el precio del producto final. «Para hacernos una idea, antes de la pandemia, transportar un contenedor de 20 pies desde Estados Unidos hasta aquí costaba entre 1.600 y 1.800 euros; ahora nos vamos a los 14.600 euros», explica Nieto, quien añade que «dependiendo del producto que se venda, esta diferencia no es soportable».
Por otro lado, Josep Maria Juan Biosca, propietario de una tienda de ropa interior en la calle Reding, explica que se han registrado algunos retrasos importantes en el transporte. «Antes, todo el género que llegaba de Alemania estaba disponible en 24 horas, ahora contamos con un plazo de entre 8 y 10 días», explican.
Pese a este malestar general, desde el Mercat Central de Tarragona, la presidenta de los concesionarios, Montse Bertran, se muestra más optimista. «Nos hemos encontrado a clientes que ya han comprado toda la comida para Navidad, alertados por la amenaza de huelga de transportes. Que estén tranquilos. Parecía que iba adelante pero, por el momento, lo único que sabemos es que los del sector cárnico se han descolgado de la convocatoria. En principio no habrá ningún problema de suministros», dice Bertran.
«Un regalo caído del cielo»
Los bonos comerciales que puso en marcha el Ayuntamiento a finales de octubre también habrían funcionado como revulsivo para conseguir estas cifras de récord. «La iniciativa ha sido un regalo caído del cielo, una auténtica locura que ojalá que se vuelva a repetir», explica Melcior Bustos. Todavía no hay cifras del impacto real que tendrán los bonos, pero se augura que sea importante.
En la otra cara de la moneda, se encuentran los comercios de los barrios, donde la iniciativa no ha calado tan fondo. Así lo cuenta Vicenç Capilla, presidente de la Associació d’Empresaris i Comerciants de Ponent. «Los bonos han tenido muy poco seguimiento, tanto por parte de los clientes como de las tiendas. Podemos contar con los dedos de una mano los comercios adheridos a la campaña», explica Capilla, quien opina que «el Ayuntamiento debería haber puesto más publicidad en los barrios, y no concentrarla toda en la zona centro».
Movimiento en las calles
El Black Friday coincidió, como desde ya hace años, con la encendida de las luces de Navidad y con la Fira de l’Oli, lo que todavía fomentó más la presencia de tarraconenses en la calle. Lo cierto es que ya hace algunos fines de semana que la ciudad se mueve, con actividades, degustaciones, conciertos, charangas, y otras iniciativas. Dinamizar el espacio público es una de las obsesiones de la concejalía de Comerç. Salvador Minguella, presidente de la Via T, opina que «es importante que pasen cosas en la calle para que la gente tenga ganas de salir y comprar». En esta línea, desde la Via T se programarán conciertos al aire libre durante toda la Navidad. Finalmente, Minguella anima a los comerciantes a decorar con motivos navideños e iluminación las tiendas y restaurantes.