La consellera de Justicia, Gemma Ubasart, ha dicho este jueves en el Parlament que el recluso que la semana pasada mató a una cocinera de la cárcel de Mas de Enric, en Tarragona, había tenido una evolución «favorable» y nada hacía prever que tuviera una reacción como aquella.
Sin embargo, en octubre pasado fue sancionado por dar un puñetazo a otro interno y anteriormente no había querido participar en intervenciones psicosociales porque no tenía incentivos para progresar de grado, ya que no tenía red familiar o social fuera de la cárcel.
La comparecencia de Ubasart en la Diputació Permanent del Parlament, junto al secretario de Mesures Penals, Amand Calderó, ha empezado con un minuto de silencio de todos los asistentes. La consellera ha recordado que actualmente en el CIRE, fundado el 1989, trabajan 3.412 internos, repartidos en talleres industriales (1.425), cocina, panadería y lavandería (1.075), y en tiendas, módulos y espacios comunes (893).
Algunos de los internos han cometido delitos muy graves, puesto que “lo que se evalúa es si la persona presenta un nivel de riesgo bajo de reincidencia delictiva y un comportamiento y evolución positivos en términos de rehabilitación”. El departamento recuerda que en 40 años de competencias de la Generalitat en materia penitenciaria no se ha producido ningún asesinato de un trabajador por parte de un interno.
La consellera ha dado otra vez el pésame a la familia y compañeros de la víctima y ha repasado la trayectoria del recluso que se suicidó después de matar a la cocinera.
La consellera no ha concretado qué ocurrió en la cocina en el momento de los hechos, pero ha reafirmado la voluntad de aplicar medidas para que no se vuelva a producir algo similar.