Pese a que está cerrada, el mantenimiento y la seguridad de la Ciutat de Repòs i Vacances cuesta 280.754 euros cada año, «los cuales irán incrementándose, ya que las instalaciones se deterioran rápidamente».
Así queda reflejado en el resumen del anteproyecto del albergue juvenil que el Departament de Drets Socials instalará allí y al cual ha tenido acceso el Diari de Tarragona.
El complejo cumplió el 6 de julio pasado 65 años desde su inauguración. Fue la primera ciudad residencial del Estado destinada inicialmente a premiar a los trabajadores afectos al régimen franquista. Está cerrada desde el 31 de diciembre de 2011 y, si los plazos se cumplen, en 2026 abrirá nuevamente.
Desde que en marzo pasado la consellera de Drets Socials, Violant Cervera, viniera a Tarragona a anunciar que el proyecto del albergue saldría adelante gracias a 15 millones de euros de los fondos Next Generation, han surgido todo tipo de dudas sobre la naturaleza del equipamiento que han llevado a vecinos de la zona a convocar referéndums y a anunciar protestas. Han contado incluso con el apoyo de los partidos de las oposición en el Ayuntamiento de Tarragona.
El público objetivo
La principal preocupación expresada por los vecinos tiene que ver con el perfil de las personas que se podrían atender en el complejo. Entre los bulos que han circulado con insistencia se hablaba de un centro para alojar a menores extranjeros no acompañados o a jóvenes conflictivos.
Si se atiende al contenido del anteproyecto, no hay ninguna mención al respecto. En todo momento queda claro que se trata de un albergue juvenil como todos los de la red Xanascat, gestionada por la Agència Catalana de la Joventut y el Departament de Drets Socials. Consta, por ejemplo, que «el equipamiento estará disponible para toda la ciudadanía que lo desee vía reserva previa». Con ello familias, parejas o grupos de amigos podrán reservar plazas.
La prioridad, no obstante, será para entidades y organizaciones que trabajan con niños y jóvenes que podrán organizar allí colonias y actividades similares. Además, el albergue estará dentro de la red internacional de albergues (hiHostels), con lo cual se espera también que reciba usuarios internacionales.
Por ejemplo, actualmente en los albergues de la red se ofrecen programas como ‘Vacances en Familia’, colonias de verano para niños y adolescentes dentro del programa ‘l’Estiu és teu’ y programas para centros educativos como ‘Una eina al servei de l’escola’, entre otros.
Salud emocional y respiro
Otro de los aspectos que ha suscitado dudas ha sido el anuncio de que se pondría el acento en la salud emocional de los jóvenes, aunque desde un principio ya se aclaró que no se trata de un centro de salud mental.
En el proyecto se explica que «en el nuevo albergue de Tarragona se quiere dar un paso más allá y convertirlo en un espacio referente en la promoción de la salud emocional de los jóvenes en el ocio educativo».
En este punto se concreta, por ejemplo, que «será un espacio de formación y reciclaje de monitores, directores y formadores sobre educación emocional».
También será un «espacio de pilotaje» de programas relacionados con esta materia que se puedan implantar en el resto de la red de albergues. Se explica, además, que tanto el personal interno como el externo estará preparado para la «detección y actuación en el ámbito de la educación emocional».
En este punto también se señala la voluntad de que en el espacio se desarrollen programas de ‘respiro’. Además de niños y jóvenes, aquí también se contempla a maestros, educadores y profesionales relacionados con la infancia y la adolescencia, entre otros.
Funcionará casi todo el año
La remodelación de los espacios implicará, entre otros, la sustitución de la carpintería y la instalación de sistemas de climatización de «alta eficiencia energética». La actuación prevista incluirá el edificio principal y el 100% de los módulos habitacionales o bungalows.
El edificio principal dará el servicio de recepción y comedor a todo el complejo en temporada alta, pero podrá funcionar de manera independiente el resto del año, para ello se habilitarán distintas habitaciones (y baños) para cuatro personas en la planta de acceso y la -1. En este edificio habrá un total de 21 habitaciones y 124 plazas.
El complejo abrirá 327 días al año. El núcleo será el edificio principal y los bungalows irán abriendo en función de la demanda. En total habrá 120 dormitorios de dos plazas y 48 de 4 plazas, hasta llegar a las 432. tendrán además, 8 cocinas. Se espera que estos espacios, que diferencian el albergue de Tarragona de otros, se conviertan en un atractivo para el público familiar.
Se restaurarán además las pistas deportivas y las zonas de juegos infantiles y la iglesia, que está desacralizada, servirá para actividades de grupo. Además, se contempla que «en el edificio anteriormente dedicado a la recepción, el primero sobre la carretera, «se prevé que el departamento pueda ceder espacios para ser utilizados como equipamiento para el barrio y los vecinos».