El Grupo de Investigación de Análisis Territorial y Estudios Turísticos (GRATET) de la URV ha estudiado la percepción del riesgo de la población respecto a la industria química.
El proyecto, llamado CHORA, ha determinado que un 63% de las personas participantes perciben un nivel alto o muy alto de riesgo petroquímico en el Camp de Tarragona. Según el estudio, también son capaces de identificar geográficamente el origen del riesgo y los lugares con potencial de ser afectados en caso de accidente.
El equipo investigador también ha detectado que factores demográficos (como el género o la edad), ambientales (como las condiciones climáticas) y situaciones anómalas en el funcionamiento del equipo industrial visibles desde el exterior de los complejos afectan la percepción del riesgo.
El grupo de investigación busca voluntarios para ampliar la investigación y determinar de qué manera los cambios en el paisaje afectan la percepción del riesgo derivado de la industria petroquímica en el Camp de Tarragona.
“Denominamos riesgo a la probabilidad de sufrir un daño, ya sea a personas físicas, a bienes materiales, al medio ambiente...”, explica Yolanda Pérez Albert, investigadora del Departamento de Geografía y coautora de la investigación.
Sin embargo, el riesgo que uno percibe no siempre refleja el peligro de una determinada situación. Dicho de otra forma, puede ser que, en el mismo contexto, una persona experimente cierto grado de alarma ante un peligro mientras que su vecino tenga una percepción totalmente diferente.
Variables como la proximidad geográfica a los focos de peligro o la gravedad de los incidentes anteriores, su periodicidad y el conocimiento que se tenga de ellos afectan en gran medida esta percepción.
El equipo investigador diseñó un sistema de información geográfica de participación pública, que distribuyó masivamente, mediante el cual consiguió una muestra de 5.317 opiniones de 431 participantes.
Este sistema, ampliamente utilizado en el ámbito de la geografía, permite registrar opiniones y valoraciones en un mapa. En este caso, se pidió a los participantes que localizaran los focos de riesgo derivados de la industria petroquímica y los valoraran según su grado de peligrosidad.
También se preguntó por las zonas de afectación en caso de accidente en función de sus causas —explosión, incendio, nube tóxica, etc.
En el caso del Camp de Tarragona, la industria petroquímica se extiende por dos polígonos industriales diferenciados, relativamente próximos a algunos núcleos de población: por un lado, el Polígono Norte, con una extensión de 470 hectáreas, situado a los términos municipales de la Pobla de Mafumet, el Morell, Perafort y Constantí; por el otro, el Polígono Sur, con una extensión de 720 hectáreas, ocupa parte de los términos municipales de Tarragona, la Canonja y Vila-seca.
Mayoritariamente, los participantes fueron capaces de situar los focos de riesgo derivados de la actividad petroquímica correctamente.
Los resultados también revelan que las mujeres de la muestra tienen una percepción del riesgo más elevada que los hombres —el 58,9% de los hombres perciben un nivel de riesgo elevado, mientras que entre las mujeres este valor es del 66,8%—, y los niveles de riesgo percibido se incrementan en los participantes de más edad.
Las personas que reciben un beneficio económico directo de la industria petroquímica mostraron unos niveles menores de riesgo percibido. “Este dato va en consonancia con la literatura especializada; el nivel de aceptación del riesgo está directamente relacionado con los beneficios obtenidos”, observa Pérez Albert.
Los participantes son capaces de identificar geográficamente el origen del riesgo. Foto: URV