La 2a edición de las Jornades de Biodiversitat Urbana impulsadas por el Port de Tarragona arrancaron ayer con la celebración de una primera jornada técnica a modo de bienvenida y de inicio de un programa muy completo lleno de actividades para todos los públicos, que reunirá personas expertas en medio ambiente, biodiversidad y sostenibilidad y que tendrá lugar los fines de semana de este mes de octubre.
El halcón peregrino o las ya famosas tortugas boba fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida a la programación a través de su historia y vinculación con la ciudad. Los coordinadores de estos proyectos explicaron un poco más sobre estos animales ante unos asistentes muy interesados, que llenaron todas las sillas del Tinglat 1 del Port de Tarragona para disfrutar de una jornada donde aprender un poco más sobre el ecosistema que nos rodea. La mañana empezó con fuerza, casi tanto como la que tiene el águila calzada, la protagonista del proyecto Pennatus, el primero que se presentó. Desde Valladolid, Nacho García, su coordinador, fue el encargado de contar un poco más sobre el trabajo de estudio y seguimiento de este ave y también de empezar la jornada que continuó con un proyecto mucho más familiar.
Más halcones, menos palomas
Ferran Aguilar, coordinador del proyecto de reintroducción del halcón peregrino en el Port de Tarragona, explicó cómo se había llevado a cabo este trabajo, que empezó hace años y que, según Aguilar, «ha sido mucho más complejo de lo que puede parecer y en el que se ha dedicado mucho tiempo».
El proyecto se basa en la instalación de dos cajas nido para intentar fijar estos halcones salvajes en el territorio. En el año 2003, después de un intento, el nido no tuvo continuidad. Diez años después, en el 2023, por primera vez, nacieron tres polluelos de halcón peregrino.
Entre las conclusiones que mencionó Aguilar destacó la satisfacción de todo el tiempo y esfuerzo invertidos, ya que los resultados de este año han sido muy positivos con el nacimiento de cuatro pequeñas aves en el Moll de Reus, una más que el año pasado. Además, ningún otro proyecto había conseguido más de tres polluelos. Un éxito que, según Aguilar, va a ir a más: «Este proyecto tiene mucho futuro por delante. Y para la ciudad es de vital importancia para ayudar al control de las palomas de una forma natural».
La huella de las tortuga boba
Y del cielo se pasó al mar con las protagonistas de la siguiente ponencia y que aún siguen muy presentes en la memoria de los tarraconenses. Hace apenas unos meses que Tarragona asistió a un nuevo nacimiento de las tortugas boba en la playa de La Savinosa. Un acontecimiento que creó mucha expectación y que Txiqui López, coordinador del proyecto, se encargó de recordar a los asistentes con una explicación de cómo se llevó a cabo todo el proceso. Las imágenes que acompañaban a la presentación reforzaron uno de los mensajes más claros que López quiso transmitir: «Tenemos que cuidar y saber compartir espacios naturales que creemos que son nuestros con otras especies».
López también reivindicó el trabajo de los voluntarios y voluntarias que ayudaron a custodiar el nido y a concienciar y sensibilizar a los visitantes. «Que esto pasará en una playa tan concurrida fue una oportunidad para conectar con la población y abrir una puerta al conocimiento. Tenemos que prepararnos y estar bien formados porque seguro que este no será el último nido que podamos ver en Tarragona», explicó López.
Un previsión que refuerza el objetivo de estas jornadas de sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de conocer y proteger la biodiversidad.