Óscar Rovira, vecino de Tarragona, ha tomado este miércoles, como es habitual, el transporte público para ir a trabajar a Barcelona a las nueve de la mañana. A raíz del corte ferroviario provocado por las obras del túnel de Roda de Berà (Tarragonès), se ha visto obligado a coger el autobús de las 6:30 horas para poder tomar el tren regional que salía a las 7:25 horas de Sant Vicenç de Calders.
Aunque la previsión era llegar a las 8:10 horas, finalmente el convoy ha llegado a la estación de Sants a las 8:45, es decir, 35 minutos más tarde de lo previsto. “Ya estábamos muy maltratados y ahora lo estamos un poco más, la situación es límite”, ha criticado Rovira, quien ha pasado de tardar una hora a dos horas y cuarto para llegar a la capital catalana.
“Habrá un momento en que no aguantaremos más”, ha afirmado Rovira, quien ha subrayado que a la situación de desesperación que arrastran los usuarios de Rodalies del sur de Cataluña desde hace años, ahora se suma el plan alternativo de movilidad habilitado por Renfe. Un nuevo escenario que comenzó este martes y que se alargará, como mínimo, durante cinco meses. En el caso de los pasajeros que tomaban el tren desde Tarragona, el trayecto hasta Barcelona se ha incrementado entre treinta minutos y una hora, aproximadamente.
En este sentido, Rovira ha recordado que hace diez años se tardaba unos cincuenta minutos en hacer un trayecto que, a partir de esta semana, ya es de una hora y media “si todo va bien”. Por lo tanto, considera que, aunque la primera jornada del servicio alternativo se desarrolló “relativamente bien”, no puede valorarla positivamente, ya que hay que tener en cuenta que los usuarios venían “de invertir veinte minutos más diarios por trayecto -comparado con hace diez años- y ahora tenemos que sumarle veinte, treinta o incluso una hora más”.
En cualquier caso, Rovira mantiene que estas primeras jornadas son “irreales”, ya que el volumen de pasajeros no es el habitual, y por lo tanto, no se pueden tomar estos días como referencia. Según ha añadido, habrá que ver cómo evoluciona el servicio durante los próximos días para hacer una valoración adecuada.
“Solo exigimos un servicio digno”
Como Óscar Rovira, son miles las personas del Camp de Tarragona y de las Terres de l’Ebre que diariamente tomaban las líneas R14, R15, R16, R17 y RT2, ahora afectadas por el corte ferroviario. En su caso, cogía el tren de las siete de la mañana desde Tarragona (ahora el regional de las 7:25 horas desde Sant Vicenç de Calders) y dos días a la semana regresaba con el de las 9:30 de la noche.
“Coger el último tren de la noche y encontrarte dos horas parado, a oscuras, en medio de la nada, sin información ni cobertura y sin saber si llegarás a casa esa noche o tendrás que dormir en el tren ha llevado a muchos usuarios a una situación de desesperación límite”, ha explicado Rovira.
Precisamente, debido a este malestar insostenible y con la voluntad de exigir un servicio “digno”, se creó hace medio año la Plataforma Dignitat a les Vies. “Solo pedimos poder llegar con dignidad a nuestro lugar de trabajo”, ha señalado. Una organización que al principio era solo un grupo de WhatsApp entre usuarios de Rodalies para mantenerse informados de los retrasos e incidencias del servicio, pero que se ha acabado convirtiendo en un movimiento social que no descarta nuevas acciones de protesta si no se solucionan los problemas ferroviarios en la demarcación.
Reus y el Ebre, los más castigados
Rovira también ha destacado que los vecinos de las Terres de l’Ebre son los más castigados por el nuevo plan alternativo, ya que para llegar a Barcelona deben tomar el tren hasta L’Hospitalet de l’Infant, de allí un autobús hacia Sant Vicenç de Calders y luego volver a tomar un tren hacia Barcelona. Aunque hayan recuperado el Avant, que en teoría debería permitir recortar una hora el tiempo de trayecto hasta la capital catalana, para Rovira esta solución “es muy cara”, ya que el abono es un 40% más caro que en el caso de Figueres-Vilafant o Lleida.
En el caso del Camp de Tarragona, Reus es el municipio más afectado por los cortes, ya que “la única opción que tienen para llegar a Sant Vicenç de Calders es ir en tren por el interior”, pasando por La Plana – Picamoixons. “El tiempo de viaje desde Reus se alarga entre 40 minutos y una hora”, ha concluido Rovira.