Pasajeros corriendo, varias caras malhumoradas, informadores intentando poner orden y una amplia flota de autobuses de un lado a otro protagonizan este martes el entorno de la estación de tren de Sant Vicenç de Calders. “Es un infierno”, afirman algunos usuarios, entre los cuales ha habido quejas por retrasos de más de 20 minutos sobre el horario previsto. El corte de tráfico en el túnel de Roda de Berà debido a las obras del Corredor Mediterráneo ha convertido a Sant Vicenç, en El Vendrell, en el punto clave de las comunicaciones entre las Terres de l’Ebre, el Camp de Tarragona y Barcelona. El dispositivo de autobuses ha sido “un estrés máximo” para varios viajeros, que lamentan que “nunca es posible llegar a tiempo al trabajo”. Este operativo estará vigente hasta marzo.
Los usuarios que se desplazan a diario entre el tramo de Tarragona y Sant Vicenç de Calders en tren se enfrentan hoy a la primera jornada de corte ferroviario. @Renfe ha establecido un plan alternativo con autobuses que no convence a todo el mundo. ¿ A ti te ha afectado? pic.twitter.com/5vBVQbP67R
— Diari de Tarragona (@diaridtarragona) October 1, 2024
Los pasajeros que quieren ir a la capital catalana han llegado aquí en autobús para tomar después un tren de cercanías que les permita completar el viaje. Los que viajan hacia el sur, esperan los autobuses para completar su desplazamiento, en medio de un caos porque cada destino tiene una línea de bus alternativo específica.
Al operativo extraordinario por el corte en Roda de Berà, a partir de las 8 h, se ha sumado el corte diario de la R4 entre Sant Vicenç de Calders y Vilafranca, también debido a las obras del Corredor Mediterráneo.