En uno de cada siete accidentes de tráfico que se producen en carreteras del Camp de Tarragona se ve un implicado uno o varios ejemplares de jabalíes. El porcentaje se dispara hasta el 33% durante noviembre y diciembre. Así lo asegura el inspector responsable del Àrea Regional de Trànsit de los Mossos d’Esquadra en el Camp de Tarragona, Antoni Vilafranca. Este año se llevan más accidentes que en todo el 2018.
Este año -hasta el pasado 20 de noviembre- se han producido en el Camp de Tarragona 269 accidentes en los que se han visto implicados jabalíes, lo que representa más de uno al día. Pero es en esta época, en noviembre y diciembre, cuando los percances se disparan. Sólo en los primeros veinte días de este mes ha habido 38 accidentes. Ello es debido a que durante esta época bajan de la montaña en busca de comida. El 80% de los accidentes ocurren entre las siete u ocho de la tarde hasta la medianoche.
Unas cifras altas, reconoce el inspector de los Mossos, pero lejos de otras demarcaciones policiales, como Girona, Lleida o Pirineu. La causa de este incremento, asegura, es que con el paso de los años se va perdiendo la práctica de la caza –no hay relevo generacional–. Además, los últimos años han sido de sequía, que provoca una migración de estos animales. Además, estos ejemplares crían ahora hasta dos veces al año, y tienen entre tres y cinco jabatos.
No hay ninguna carretera especialmente problemática. Los accidentes se producen tanto en vías principales como en secundarias, e incluso en autopistas. «Los jabalíes hacen un agujero y penetran dentro de esta vía rápida». Cada mes, los Mossos envían al titular de la vía los accidentes habidos con jabalíes. Y si detectan que en un punto ha habido más de uno, instan a instalar una señal.
A pesar de la espectacularidad de este tipo de accidentes, una de las peculiaridades es que no suele haber heridos graves ni mucho menos muertos. Por ejemplo, el año pasado en Catalunya hubo 2.000 accidentes de este tipo, con el balance de 200 heridos.
En el Camp de Tarragona solo ha habido una víctima mortal. Se produjo el 26 de marzo de 2012 en la carretera C-31, en El Vendrell. Un motorista chocó con un jabalí, cayó al carril contrario y fue atropellado por un turismo. Y es que los motoristas son los que se llevan la peor parte, porque el impacto con otro tipo de vehículo puede causar daños importantes, pero no con víctimas graves.
No esquivarlo
Una de las advertencias que realiza este responsable de Trànsit de los Mossos es que cuando un conductor detecta un animal, no tiene que esquivarlo. Puede perder el control del vehículo y las consecuencias pueden ser graves. Como también lo son si choca contra otro vehículo. Lo aconsejable es seguir la trayectoria, aunque ello implique un choque contra el animal –ver consejos en la página anterior–.
La responsabilidad del accidente siempre es del conductor, aunque no lo pueda evitar. Pero si es consecuencia directa de la acción de cazar –durante el horario habilitado o incluso durante las doce horas posteriores, cuando los animales vuelven a su zona– el responsable será el titular del terreno o del coto, siempre y cuando esté en la zona de influencia del suceso.
También se puede reclamar al titular de la vía –no vallada– si no está señalizada la zona o bien hay muchos matorrales que impidan ver con antelación el animal. Si se trata de una autopista, la reclamación es más fácil, porque se trata de una vía vallada y el conductor ha pagado por circular por una vía segura.
Durante los últimos años, y ante el incremento de los percances, los conductores suelen contratar cada vez más un seguro que incluya los accidentes con este tipo de animales.