Una persona precipitada haciendo escalada, o una caída por un terraplén, u otra arrastrada por la corriente haciendo barranquismo. Son algunas de las situaciones con que se encuentran los miembros del Grup d’Actuacions Especials (GRAE) de los Bombers de la Generalitat. Aunque no tienen ninguna base en la demarcación de Tarragona, su presencia en las comarcas más montañosas es frecuente, principalmente en los últimos años, cuando ha habido un incremento de la actividad al aire libre.
Comenzaron a mediados de los 80 como un grupo de rescate de montaña, aunque en 1997 pasaron a ser GRAE, una unidad de los Bombers de la Generalitat especializada en todo tipo de rescates. Desde sus tres bases –Cerdanyola del Vallès, Olot y La Seu d’Urgell– y sus tres helicópteros –como mínimo hay dos en servicio– cubren toda Catalunya. Pero además cuentan en el Pirineu con parques polivalentes de bomberos voluntarios del GRAE –Vielha, La Pobla de Segur y Camprodon– que se activan en caso de necesidad. Tarragona es la única provincia que carece de base del GRAE –antes había la unidad subacuática entre Tarragona y Cambrils, pero se incorporó a Cerdanyola–.
La plantilla es de 54 operativos –además del personal sanitario–, de los cuales entre ocho y diez están de guardia cada día –normalmente son siete especialistas en rescate en montaña y tres en subacuático–. Se activan unos u otros dependiendo del tipo de servicio y de la información de que se disponga. Pero ante un accidente de montaña no siempre se activa al GRAE. Si el rescate lo pueden realizar los bomberos del parque más cercano, lo efectúan ellos.
De día y de noche
Joan Borràs es actualmente sargento del GRAE y responsable de la unidad técnica. Asegura que, en caso de una emergencia, están en condiciones de estar en 50 minutos en Els Ports de Tortosa con el helicóptero, en este caso el de Cerdanyola. Ello siempre que sea de día, porque dichos aparatos no vuelan de noche. «Entonces nos desplazamos por carretera».
En las comarcas de Tarragona los puntos más calientes donde suele actuar el GRAE son las sierras de Prades, Montsant, Llaberia-Tivissa y los Ports de Tortosa. Lo más habitual, según Borràs, son las torceduras de pie y asuntos menores. «Tenemos un polo extraordinario de escaladores en Prades y Montsant que vienen de todo el mundo y que de tanto en tanto tienen accidentes».
En los Ports de Tortosa hay también muchos rescates de barranquismo. El sargento del GRAE reconoce que cada vez hay más gente que va a la montaña «y, como consecuencia, más rescates. Y para ello nos preparamos de manera polivalente».
Las intervenciones del GRAE en las comarcas de Tarragona representan un cuatro por ciento del total de Catalunya. En los últimos años, el número de servicios han oscilado entre 11 y 17.
Los servicios
Joan Borràs recuerda como uno de los servicios más complicados un rescate de varias horas en la Cova de Vallmajor, en Albinyana. Un espeleólogo novato sufrió un agotamiento y no podía salir «de una galería muy estrecha y un desnivel importante».
Hace unos meses también participaron en la búsqueda de un hombre con alzheimer que se había perdido en Vilaplana un sábado. Finalmente fue localizado por una de las unidades de tierra poco antes de que anocheciese.
El pasado 19 de febrero rescataron a un ciclista que iba en una bicicleta de montaña entre Alcover y Mont-ral. Cayó y sufrió un traumatismo craneoencefálico con pérdida de consciencia, que después recuperó. Circulaba por una pista y se precipitó en una zona de difícil acceso. Fue recogido por el helicóptero y evacuado al Hospital Joan XXIII.
Otro rescate en un punto de difícil acceso tuvo lugar en la Portella de Jovara. Un hombre que realizaba excursionismo pisó mal una piedra, tropezó y se precipitó por un barranco. Presentaba politraumatismos y lesiones importantes. En este caso fue rescatado por el helicóptero de Bombers, que llevó al herido hasta una explanada de una masía cercana y fue trasladado al helicóptero del SEM –que lleva médico–, que lo evacuó al hospital.