Está ubicada en medio de la nada, sin embargo, la estación del AVE Camp de Tarragona prevé cerrar el año con una cifra de 900.000 pasajeros. Los 2.465 viajeros que la utilizan de media al día la sitúan en el primer puesto en el ranking de terminales periféricas y en el octavo a nivel general, unas cifras que cubren las expectativas que se fijaron cuando hoy se cumplen doce años de su inauguración.
La evolución en el número de usuarios ha incrementado progresivamente desde su puesta en servicio. Ya en el primer año superó los 470.000 pasajeros, mientras que los datos previstos para este año –proporcionados por la compañía Renfe– suponen un aumento del 2,4% en el último año. Para el catedrático en Economia Aplicada de la Universitat Rovira i Virgili (URV), Agustí Segarra, esta infraestructura «ha puesto encima de la mesa el potencial de mercado que tiene este territorio».
La efeméride evidencia que doce años más tarde aún hay muchos aspectos que no se han solucionado, como la accesibilidad y el aparcamiento. Mientras tanto, en las últimas semanas Adif ha traspasado el vial de acceso a la Generalitat, en el que deberán dejar de aparcar los coches, ya que en adelante podrán ser multados.
El futuro inmediato de este equipamiento se va despejando. Dentro de unos meses, cuando entre en funcionamiento la nueva vía del Corredor del Mediterrani, será el gran nodo de comunicaciones entre este eje y la conexión Madrid-Barcelona. A falta de la estación intermodal en el sur del aeropuerto, ésta será la terminal central en el nuevo mapa ferroviario del Camp de Tarragona.
Por el momento, ni el Ministerio de Fomento ni Renfe han confirmado las afectaciones de la nueva línea en el servicio de larga distancia. Sin embargo, la presidenta de la Cambra de Comerç de Tarragona, Laura Roigé, habla de «una redistribución de los pasajeros en el territorio». Los doce trenes Euromed que paran en Tarragona ciudad, seguramente van a desviarse por La Secuita, para acortar el tiempo de viaje entre València y Barcelona.
La oferta existente se incrementará con convoyes regionales de altas prestacionesPor su parte, la Generalitat ya ha dicho que algunos trenes de la R-16 entre Tortosa y la capital catalana también pasarán por la vía interior. En concreto, serán cuatro de las doce expediciones diarias, lo que mejorará las comunicaciones de las Terres de l’Ebre con Barcelona. «Lo que realmente será un punto de inflexión es que se incrementará la oferta de alta velocidad existente con los regionales de altas prestaciones», argumenta la dirigente del ente cameral.
Más trenes
Camp de Tarragona ganará frecuencias. Ahora, la duda está en ver hasta qué punto esto se traducirá en un incremento de los viajeros, que permita alcanzar la cifra del millón de usuarios anuales, que es la capacidad que se fijó cuando se diseñó esta infraestructura. Para la presidenta de la Cambra, «cualquier incremento sustancial pasa por una mejora de las conexiones hacia la estación y un aparcamiento a precios razonales».
Roigé defiende que es necesario que definitivamente la Generalitat impulse la mejora de los accesos viarios. Es el caso de los proyectos que hacen referencia a la prolongación del vial de Sant Ramon hasta la estación y la mejora de las comunicaciones con la carretera de El Catllar. Este último, debe servir para captar a usuarios del Baix Gaià y del Baix Penedès. «Si se incrementa la oferta de convoyes regionales de altas prestaciones, de forma que en 35-40 minutos puedes estar en Barcelona, Camp de Tarragona puede captar a más viajeros siempre y cuando los accesos sean lo suficientemente buenos para justificar el desplazamiento», añade la presidenta del ente cameral tarraconense.
La estación del AVE Camp de Tarragona ganará centralidad en un futuro inmediato. Compartirá protagonismo con la nueva terminal de Cambrils, que será la parada de referencia de la Costa Daurada. «A este municipio le ha tocado la lotería sin jugar ya que ejercerá un papel muy importante siempre y cuando se conecte e integre bien con el entorno», argumenta el catedrático en economía Agustí Segarra.
No obstante, el mapa ferroviario de este territorio aún está lleno de interrogantes y ahora mismo una de las incógnitas es saber qué acabará pasando con la terminal intermodal, que debe ubicarse en el sur del aeropuerto de Reus. Segarra considera que La Secuita «no debe ser la estación definitiva». Defiende que ésta debe ubicarse en el «epicentro» del Camp de Tarragona, que se encuentra en el eje entre Tarragona y Reus.
«Hay que replantear todo el mapa ferroviario y que las dos grandes ciudades se pongan de acuerdo para garantizar un servicio de altas prestaciones pensado no tanto en términos de AVE sino de Avant», argumenta Segarra.
Los viajeros que utilizan la estación de Camp de Tarragona se desplazan mayoritariamente a Madrid (178.000 personas), seguido de Barcelona (88.500) y Zaragoza (45.300).
Sobre el papel, la estación intermodal no forma parte de los planes inmediatos del Ministerio de Fomento. Mientras tanto, La Secuita-Perafort ejercerá este papel de rótula.