Aval con prudencia y expectación de los clubes de la ciudad a la próxima puesta en marcha del Palau d’Esports del Anillo Mediterráneo de Campclar. Tras casi cuatro años cerrado desde el final de los Juegos de 2018, el recinto con capacidad para hasta 5.000 espectadores se perfila como la solución para descongestionar las instala- ciones municipales y, asimismo, convertirse en un revulsivo para dar un salto de calidad en la oferta deportiva para aspirar a organizar grandes competiciones. De hecho, el Patronat Municipal d’Esports enviará este mes cartas a los clubes para ofrecer horas de pista del equipamiento, en lo que será un sondeo en streaming de la expectación que ha generado.
«Naturalmente que nos interesa. Tenemos un déficit de infraestructura brutal que no nos permite crecer», indica el presidente del Club Bàsquet Tarragona (CBT), Jacint Rodríguez, quien recalca que, en la actualidad, la entidad azul tiene 300 deportistas «que lógicamente solo pueden entrenar por la mañana porque estudian». Sobre un posible traslado del primer equipo a Ponent, Rodríguez aún ve lejano que los de Berni Álvarez dejen El Serrallo la próxima temporada. «Las graderías del Palau están lejos de la pista. El ambiente sería frío, pero estamos dispuestos a hablarlo con el Ayuntamiento si fuera lo mejor para la ciudad», afirma el presidente del CBT.
Entre el deporte de la canasta, Robert Hernández (ADT) califica como de «gran noticia con visión de futuro» la apertura del equipamiento. «Pediremos su utilización. Ahora tenemos 240 licencias, con déficit de espacio. Por nuestra trayectoria consolidada deberíamos ser usuarios preferentes de la instalación», a la vez que remarca que «las entidades de Ponent necesitamos descongestionar los actuales pabellones».
¿SPiSP, para la Superliga?
Desde el TGN Bàsquet Josep Maria Adam indica que a la entidad residente en el Sagrat Cor le podría interesar «puntualmente» hacer uso del recinto. «Los partidos los queremos seguir disputando en Marquès de Montoliu, pero el Palau sí que nos podría permitir complementar los entrenamientos de nuestros 40 equipos», afirma el presidente. Esto sí, Adam se muestra contundente al afirmar que «nos opondremos en firme a que el Palau se ceda a un club en concreto».
Alfonso Periáñez, presidente del Volei Sant Pere i Sant Pau, afirma que su entidad valora pedir horas en el nuevo pabellón «para el primer equipo». «Hemos nacido en el barrio, y nuestra alma está aquí. El Palau nos podría servir para que la federación nos deje jugar si subimos a la Superliga 1», indica el máximo representante del club, quien revela que a día de hoy los 16 equipos de la entidad «entrenan en un tercio de pista y en el gimnasio del instituto». Periáñez, además, considera que «es necesario que una ciudad como Tarragona tenga un pabellón para 5.000 personas».
Desde Sant Salvador, el presidente del Club Handbol Tarragona, Òscar Príncep, se muestra cauteloso. «Nos vendría bien para organizar torneos o competiciones, ya que pueden jugarse tres partidos a la vez, pero para los partidos estamos bien ahora», indica, a la vez que prefiere ver si en Campclar «habrá porterías, parqué o las marcas de las líneas».
El Gimnàstic también se plantea ir a Ponent. «Nos vendría bien para el fútbol sala, la gimnasia rítmica o el tenis de mesa. Nuestros deportistas se merecen las mejores condiciones de entrenamiento», indica la vicepresidenta Bito Fuster. A cuatro meses para su esperada apertura, el Palau ya supone un nuevo horizonte para que los clubes puedan dar el salto de calidad que ansiaban.