David Dueñas i Cid (Tarragona, 1981) es doctor en Sociología y actualmente trabaja como profesor en la Universidad Kozminski de Varsovia, Polonia, y es investigador en la Universidad de Tartu, Estonia. Acaba de ganar una beca Widening Fellowships (del prestigioso programa Marie Curie) de la Unión Europea.
¿Cómo es la competencia para conseguir una de estas becas?
Estas becas son para personas que han terminado su doctorado hace entre dos y siete años. Este año se presentaron 9.000 personas y se han dado unas 1.000 becas. La mía estaba entre el 13% de las mejores.
¿Qué hizo cuando se enteró de que la había ganado?
(Risas al otro lado del teléfono). Tuve que leer el correo tres veces porque el lenguaje que utiliza la Unión Europea a veces es un poco críptico y no ponen directamente: ‘Felicidades, usted ha ganado’... Tienes que consultar a gente para no comenzar a saltar antes de tiempo.
Es una muestra de que en ciencias sociales se hace investigación de excelencia. ¿La sociedad es consciente?
En la sociedad, no lo sé; a nivel académico, seguro. De hecho, en ciencias sociales es uno de los sitios en los que la competencia por becas es mayor. Hay 15 ámbitos y solo en el ámbito en el que yo competía, ciencias sociales, se presentaron 2.000 aspirantes.
¿Qué investigará con la beca?
Hace unos años que trabajo sobre voto y democracia electrónica. La pregunta es básicamente por qué la gente confía o desconfía en los sistemas de voto electrónico. ¿Es una cuestión meramente tecnológica? Mi hipótesis es que no. Aparte de tener una tecnología que asegure que no hay fraude ni intromisión, también hay un componente político, social y comunicativo. Es un tema bastante candente ahora con la pandemia. Por ejemplo, en Catalunya hubo elecciones hace poco y yo como votante en el exterior no pude votar porque me llegaron las papeletas después de las elecciones... ¿Por qué no utilizar sistemas de internet para votar?
¿Siempre quiso ser sociólogo?
Cuando estaba en el instituto iba encaminado hacia las ciencias puras, pero tuve un profesor de filosofía muy bueno, el profesor Larrañaga. Sus clases eran fascinantes y a a partir de allí decidí cambiar mi orientación.
Se formó entre Barcelona y Tarragona. ¿Cómo acaba en Polonia?
Yo estudié Sociología en Barcelona, luego terminé mi doctorado en Tarragona y estuve trabajando durante diez años en la Rovira i Virgili. Llegó un momento en que la relación con la universidad terminó y quedó bastante claro que no tenía mucho lugar allí, y decidí buscarme la vida fuera... En los últimos cinco años he estado en cinco universidades distintas en cuatro países diferentes: Georgia Polonia, Estonia y Hungría... Estoy aquí por una cuestión praćtica: esta beca la voy a realizar en la Universidad Tecnológica de Gdsank, donde trabaja un profesor de reconocido prestigio en el tema.
¿Cómo se trata a los investigadores en España?
La universidad española es complicada, hay mucha gente y no muchos recursos.
Ha trabajado en temas como inmigración, redes sociales, asociaciones vecinales… ¿Las administraciones públicas sacan suficiente provecho de estudios de estos tipo?
Hay gente que trabaja en las administraciones públicas que hace un trabajo extraordinario. Otra cosa es la posibilidad política de tirar adelante las propuestas que se hacen... Aunque decir que la administración desaprovecha la ciencia es decir demasiado.
Trabajó en la Enciclopedia de los migrantes. ¿En qué consistía?
En la recogida de cartas de personas migradas a sus familias... La idea era romper la lógica tradicional de la enciclopedia que normalmente la escriben los académicos y expertos. Se recogieron 400 cartas en cuatro países distintos y se pusieron en una enciclopedia como las tradicionales, forrada en cuero, que acabará siendo una pieza de museo.
Usted ha migrado. ¿Regresaban a su mente esas historias?
Por supuesto, un migrante, independientemente de sus circunstancias, tiene en común ese componente simbólico del abandono del lugar de origen, la recreación de nuevas estructuras de convivencia...
¿Por qué cree que gana peso el discurso antiinmigracion?
Cuando las cosas son complejas tendemos a buscar respuestas simples. Cuando llevo toda la vida trabajando y de repente las cosas van mal y no encuentro trabajo, es más fácil unirse bajo un paraguas más ancho que no tratar de desgranar todos los elementos que llevan a mi situación. Por eso aparecen los discursos de ultraderecha en muchos países y es de lamentar, pero no de extrañar.... Y los políticos van en la misma dirección. Porque un político con un discurso complejo no lo compra nadie; en cambio un político con un discurso simple tiene mucha más fácil llegada.
¿Extraña Tarragona?
Miro por la ventana y está comenzando a nevar...(Risas). Echo de menos a la familia y los amigos.