Recuperar la movilidad, aumentar la flexibilidad, incrementar la potencia, desarrollar la coordinación, potenciar el control físico y ganar comunicación neuromuscular. Son los beneficios que consiguen quienes practican el Animal Flow, «un programa de acondicionamiento físico que, sin usar ningún otro equipamiento que tu propio cuerpo, se basa en movimientos animales para crear un entrenamiento increíble, dinámico, duro y original», explica Rafa Díez, Master Instructor de Animal Flow en España y quien imparte cursos oficiales.
Él mismo explica que «el entrenador estadounidense Mike Fitch es el creador de esta disciplina y fue él quien contactó conmigo para ofrecerme la posibilidad de ser Máster Instructor, y formar y evaluar oficialmente a otros instructores».
Rafa Díez afirma que «hace unos años poca gente sabía del Animal Flow y lo interesante del entrenamiento es que integra y fusiona elementos de otras disciplinas como la calistenia, el yoga, la capoeira…». De este modo, «se crean secuencias de entrenamiento sin ningún material externo, solo con el propio cuerpo», explica el experto.
Los movimientos
Moverse en cuadrupedia, reptar o caminar como un cangrejo. Rafa Díez explica que «los movimientos del Animal Flow imitan los patrones naturales que hemos perdido los seres humanos, y a su vez nos recuerda la relación con el suelo que teníamos cuando éramos pequeños».
Todo ello basado en la ciencia. «Aunque visualmente es impactante, y enseguida despierta el interés, es un sistema de entrenamiento duro, dinámico y exigente», afirma el Master Instructor. Él mismo destaca que «lo que no se ve a primera vista es que está basado en la ciencia. No se trata de imitar por imitar el movimiento de diferentes animales, sino que existe una secuencia de beneficios a nivel articular muy importante».
Por ello, los movimientos y combinaciones del Animal Flow se agrupan en categorías que se llaman ‘Seis Componentes’: movilizaciones de muñecas (que se utilizan para preparar las manos y muñecas); activaciones (una forma de ‘despertar’ el cuerpo y animarlo a comunicarse consigo mismo); estiramientos y alcances específicos (con el objetivo de incrementar la movilidad y la flexibilidad del cuerpo); las formas de movimientos o Travelling (representan la forma en que se imita a los animales como Ape, Beast y Crab); Switches (son movimientos dinámicos que se pueden unir para formar combinaciones infinitas), y por último los Flows (secuencias prediseñadas en las que los movimientos se vinculan entre sí para crear una serie continua de movimientos).
Apto para todos
Por ello, el Animal Flow es una disciplina –según afirma Rafa Díez– «muy recomendable tanto para personas fuera de forma y con dolores de espalda, hombros y caderas, que necesitan empezar a hacer ejercicio y buscan una disciplina que evite lesiones, así como para aquellos deportistas y atletas que buscan un entrenamiento más global que mejore sus limitaciones de rangos y de coordinación».
Comunicación neuromuscular
En este sentido, el Master Instructor hace hincapié en que «a diferencia de otras disciplinas, el Animal Flow te permite ganar en comunicación neuromuscular, es decir, en el saber manejar en el tiempo y en la forma adecuada desde la pierna derecha hasta el dedo derecho en contraposición con el izquierdo mientras giras, o tocar el suelo con una presión limitada… Esto hace que tengas el control absoluto de tu cuerpo».
Sobre este aspecto, Sergi Thompson afirma que «trabajar únicamente con el cuerpo nos hace más libres, es decir, como seres humanos somos capaces de mejorar por nosotros mismos, siempre teniendo en cuenta nuestro estado físico y nuestro estado de ánimo». En esta misma línea, el instructor resalta que «los movimientos deben ser de máxima calidad para que el cuerpo pueda fluir».
Además, desde el primer día los beneficios son perceptibles. «Quienes acuden a la primera sesión, porque tienen una falta de coordinación, de movimiento o de flexibilidad, inmediatamente se dan cuenta de que su cuerpo se adapta a la disciplina, y en unas semanas pueden crear secuencias más complejas».
«Cuando aprendes a bailar el tango, el primer día te parece que todo el mundo lo hace perfecto, y lo mismo ocurre con el Animal Flow. Poco a poco te das cuenta de que la energía que el primer día invertías en no caerte, ahora la destinas a conseguir que el movimiento sea más fluido y más ralentizado, lo que te permite jugar con el tiempo, las inversiones...».
Y la culminación a este esfuerzo es el flow. «La gente en pocas sesiones se da cuenta de sus posibilidades y aquí empieza la magia del flow, una secuencia en la que se pule la coordinación y la sincronización con el resto de los compañeros de clase», afirma Rafa Díez.
Por último, el único Master Instructor de Animal Flow en España asegura que «el lenguaje universal del Animal Flow proporciona bienestar y salud a quienes lo practican».