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Vecinos y comercios piden celeridad en las obras de la reurbanización de la zona norte de Reus

El ruido y las limitaciones en la vía pública para atraer clientes centran las críticas, pero en vista al futuro, varios opinan que «veremos, al final, qué beneficios nos trae la transformación» del barrio Niloga

09 octubre 2023 20:07 | Actualizado a 10 octubre 2023 20:00
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Vecinos y comerciantes del barrio Niloga se muestran escépticos con la evolución de la reurbanización del entorno. Entienden que «el tiempo lo dirá todo» y afirman que «veremos, al final, qué beneficios nos trae la transformación». El ruido, la lentitud de las obras y las limitaciones en la vía pública, que dificultan la atracción de clientela (en el caso de comercios y bares), copan las críticas que, aunque constructivas, dejan entrever situaciones complejas para la actividad de algunos negocios.

Tras varios meses de obras, aun así, los vecinos y profesionales de negocios solicitan «celeridad en el avance de las obras». La segunda fase de la transformación de la plaza del Víctor, además, arrancó ya hace unas semanas y tiene como premisa principal unir dicha plaza con el futuro Centre Cívic Gregal. La acción contó con un presupuesto de licitación de 241.975,75 euros. La segunda fase da continuidad, por otro lado, a las obras actualmente en marcha, que incluye la reurbanización de la ya citada plaza del Víctor y tramos de las calles Ample, Miró y Santa Helena.

A modo de recordatorio, si ya en enero de este año, vecinos y comerciantes mostraban sus reservas al Diari con la futura peatonalización –preocupados por la posible pérdida de clientela– ahora están «a la expectativa» de cómo funcionará esta, también llamada «nueva centralidad». Este concepto, difundido desde el Ayuntamiento en este y el anterior mandato, busca crear, entre otras cosas, focos de interacción social entre vecinos. En este sentido, fuentes municipales recuerdan que el proyecto «avanza con voluntad transformadora, tanto en lo que se refiere a la movilidad como a la ordenación del espacio público, mejora de la conectividad e integración del espacio».

El «impacto real» del cambio

El gerente del negocio de servicio técnico autorizado de Apple, Gestiomàtica de Reus, Bernat Marsal, expresa que están situados justo delante de la plaza del Víctor, a día de hoy intervenida por las actuaciones. «A nosotros nos afecta la situación, efectivamente. Los coches, antes, podían aparcar aquí mismo, delante de nuestro negocio y estas obras, hace cerca de nueve meses que duran y eso lo hace todo más complicado», destaca Marsal.

A pesar de todo, admite el gerente de Gestiomàtica, «todos los cambios son para bien, es el proceso que cuesta; tal vez, no se piensa en el perjuicio de según qué comercios, pero hay arreglos de calles que se llevaban reclamando hace tiempo y hay vías que tenían que arreglarse». Una vez culminen las obras, señala, «veremos el impacto real».

Otro asunto que subraya Marsal es que mucha gente, por diferentes razones, «se ha marchado a vivir a las afueras de la ciudad y se desplaza a comprar o a trabajar a Reus, con lo que cambiar la dinámica de coger el coche a diario será complejar de resituar». Y es que «para muchos, la forma de llegar a la ciudad sea hace solo con vehículo propio». «Hay que poner las cosas fáciles a la gente que viene a comprar a los negocios del barrio, de lo contrario dejarán de venir», sostiene. Desde el negocio Queviures Josep, Imran Haider, explica que las obras más cercanas al negocio en el que trabaja –la calle de Castellvell, delante de las obras del futuro Centre Cívic Gregal– «han afectado a todo el mundo de la zona, es normal». Comenta, por ejemplo, que ha habido cambios en las líneas de autobús, pero también a nivel de tráfico de coches y de clientela: «Lo hemos notado mucho». Haider expone, sobre todo, que «me afecta a nivel de gestión» con proveedores: «Yo me centro en alimentación y líquidos, con lo que los camiones no me pueden traer los pedidos género directamente, porque la calle está cerrada; y muchos clientes ya no pasan por aquí, pues tienen que dar un rodeo».

El comerciante cuenta que tuvo que cerrar una temporada porque el nivel de trabajo bajó: «Aparte del ruido, que es comprensible, tuve que bajar la persiana temporalmente durante seis semanas y me ha afectado económicamente. Ahora me vienen vecinos que viven cerca». En este sentido, Haider propone que se nutra de más efectivos el equipo de operarios al frente de las obras del nuevo equipamiento público para mayor celeridad. «Muchos negocios están como yo, solo nos queda esperar y hay vecinos, incluso, que me comentan que el asunto se está alargando», dice. Para él, el futuro se perfila con cierta esperanza, pese a todo: «A ver si viene más gente al dar prioridad a quien se mueve a pie». El presidente de la Associació de Veïns Reus Nord, Josep Ramon Ferré, expresa, por su parte, que «vecinos y comerciantes nos han dicho que están agotados por las obras, pero éstas se realizan con un objetivo positivo». Todo va avanzando «muy lentamente, pero este ritmo se debe al material, que es muy difícil de colocar en la plaza de Víctor». Se refiere «a la colocación de unas piedras», en el marco de las actuaciones en la plaza y que el asunto se dificulta porque «no son todas iguales».

Tal y como está definido en el proyecto, «sabemos que quedarán muy bien, pero es una tarea laboriosa». Ahora, proclama Ferré, «tendrán que empezar las obras de la segunda fase», cuyo ámbito de actuación abarca 939,78m², abastando, además, la calle Alt de Sant Josep; la calle de Castellvell entre las calles Alt de Sant Josep y de Sant Joaquim; y parte de la plaza del Pintor Ferré Revascall, frente al Centre Cívic Gregal.

Hay «muchos actores implicados»

Algunas de las causas por las cuales las obras se retrasan, menciona el presidente de la AV Reus Nord, Josep Ramon Ferré, son debido a que «hay muchos actores implicados». «Nosotros seguimos de cerca las actuaciones de esta reurbanización, y tanto vecinos como comerciantes nos dicen que están inquietos, pues ven que esto no se acaba», declara. Por otro lado, la calle Ample, que «está llena de comercios es, quizá, la que se lleva la peor parte»: «Hay tiendas que son muy activas y que, por las obras, han quedado, temporalmente, un poco paradas».

Todo este cambio es, para Ferré, una «inversión de futuro», con un enfoque «sostenible», puesto que de cara al futuro «propone desplazarse de una manera más consciente». El representante vecinal, añade que «siempre me he mostrado positivo con la transformación y, al fin y al cabo, las obras hacen ruido inevitablemente y hay muchísimos motivos por los cuales hay comercios que toman decisiones en base a los cambios».

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