«Resultado», «crecimiento» y «fidelización» son las palabras con las que las directoras artísticas del Trapezi, Cristina Cazorla y Alba Sarraute, definen esta vigesimoctava edición de la Fira. Una Fira que afronta este 2024 el segundo año bajo su ala y su mimo.
Resultado porque, tras el primero, en este podrán dejar su huella al 100%. Fidelización porque en esa primera edición ya se cumplieron objetivos. Y crecimiento porque la fiesta referencia del circo en Catalunya explora nuevas líneas artísticas.
«El circo contemporáneo «quiere hablar de los problemas de hoy», Cristina Cazorla y Alba Sarraute, directoras artísticas de la Fira Trapezi
Para ellas, criadas y curtidas en el sector, esta aventura es lineal. De hecho, ya tienen propuestas sobre la mesa para las dos próximas ediciones: «El año pasado, había una serie de trabajo que estaba en nuestro imaginario, pero que quedó en el tintero y en esta edición se hará realidad», comentan. Una semilla que florece en plenitud ante un público también curtido.
Ese público que se deleita con la diversidad de formatos, de técnicas, de temáticas, de dramaturgias y de equipos: «El Trapezi aprovecha los barrios, las calles, los rincones y los teatros de la ciudad, ya que creemos que el circo es un arte que da salud y que debe llegar a todo el mundo», reconocen.
«El Trapezi aprovecha los barrios, las calles, los rincones y los teatros de la ciudad, ya que creemos que el circo es un arte que da salud y que debe llegar a todo el mundo», Cristina Cazorla y Alba Sarraute, directoras artísticas de la Fira Trapezi
Precisamente la riqueza de esta Fira yace en el hecho que sus directoras artísticas están al pie del cañón, impregnadas del sector y acompañando a todo tipo de profesionales, cosa que, por otra parte, perfila su filtro: «Priorizamos el tipo de espectáculo que puede crear un mercado; no buscamos solo la estética, sino también la calidad y la variedad, ya que queremos que los programadores que vengan puedan encontrar lo que buscan para su público», destacan.
El concejal de Cultura i Política Lingüística, Daniel Recasens, valora esa variedad engrandecedora: «En el mundo de la escena, el tema que busca el espectáculo es cada vez más social». «Este Trapezi trata temáticas duras como el suicidio y tiene muy presente esa función que tiene la cultura de generar opinión crítica», añade.
«Priorizamos el tipo de espectáculo que puede crear un mercado; no buscamos solo la estética, sino también la calidad y la variedad, ya que queremos que los programadores que vengan puedan encontrar lo que buscan para su público», Cristina Cazorla y Alba Sarraute, directoras artísticas de la Fira Trapezi
Y es que «el circo contemporáneo quiere hablar de los problemas de hoy», indican Cazorla y Sarraute. Es otra manera de transmitir. Muchas veces más efectiva que las que utilizan palabras. Porque estas no siempre son necesarias para visibilizar el dolor del duelo o los abusos sexuales. Tampoco para darle la importancia que merece a temas como la maternidad o la conciliación familiar.
Las directoras artísticas están convencidas de que «esta edición sorprenderá». «El circo tiene una capacidad artística, estética, de puesta en escena, que despierta, sorprende y, sin darte cuenta, dices ‘es que está hablándome de esto’», reflexionan.
Son producciones que juegan con la música, con la luz, con los objetos, que se adecuan al espacio donde deben pasar... Apuestas que también contribuyen a generar esa variedad entre espectáculos de calle y de sala. En total, son unas cuarenta compañías y alrededor de ochenta pases.
«La fuga de talentos es un problema muy grande, no por la calidad del circo, sino por la precariedad que tiene la cultura; los programadores deben entender que el circo contemporáneo puede tener calidad», Cristina Cazorla y Alba Sarraute, directoras artísticas de la Fira Trapezi
Esa comunión entre la Fira y Reus nace en muchos casos desde la infancia. Este año, el Trapezi no irá a los colegios como se hacía en pandemia, pero Recasens comenta que «veinticinco centros sí que cuentan con la visita del elefante [icono de la Fira] y un total de 2.390 escolares volverán a desplazarse hasta la carpa del Parc de Sant Jordi».
Tan importante es el Trapezi en este sentido porque busca revertir esa fuga de talentos: «Es un problema muy grande, no por la calidad del circo, sino por la precariedad que tiene la cultura; los programadores deben entender que el circo contemporáneo puede tener calidad», sentencian Cazorla y Sarraute.