El Ayuntamiento de Reus ha lanzado un plan de choque para afrontar el aumento de peticiones de ayudas alimentarias. La red de distribución de alimentos quedó colapsada el lunes. La crisis sanitaria y social del Covid-19 ha hecho desequilibrar la balanza. Las peticiones de alimentos han aumentado, mientras que las donaciones de supermercados y empresas se han visto drásticamente reducidas. Como solución de urgencia, el consistorio ha creado la Cistella Covid y la tarjeta monedero. El primero es un lote de alimentos de primera necesidad que se repartirá semanalmente entre las familias necesitadas y el segundo, una ayuda económica complementaria para adquirir productos de primera necesidad. Esta medida tiene una duración de dos meses vista –a la espera de cómo evolucione la crisis- y cuenta con una partida inicial de 150.000 euros provenientes de las arcas municipales.
«Estamos hablando de una emergencia social de primer orden», justificaba la concejal de Benestar Social, Montserrat Vilella, que confesaba que «la demanda ha crecido tanto que el sistema de distribución de alimentos se ha visto desbordado». Desde el 16 de marzo, hay 480 nuevas familias que han pedido apoyo al consistorio para cubrir sus necesidades alimentarias, algo que se podría traducir en un incremento del 53% de personas que requieren estos servicios. Además, el comedor social de Càritas y de la Creu Roja han pasado de 26 usuarios a 85.
Así pues, se ha ideado un plan de choque junto a los agentes sociales que forman parte del Programa de Gestió Alimentaria Responsable de Reus. Este busca recuperar la capacidad del Banc d’Aliments captando nuevos donantes de alimentos y reforzar la red de distribución con nuevos voluntarios.
La Cistella Covid
Como respuesta inmediata se ha creado la Cistella Covid, un lote de alimentos que ayer mismo se empezó a repartir entre las familias más vulnerables y que contiene productos básicos que se irán adaptando casa semana. Estos lotes están confeccionados por personal del Taller Baix Camp y con productos que provienen del Banc d’Aliments, de donaciones y de la compra por parte del Ayuntamiento. Se prevé hacer hasta cinco tipo de cestas de alimentos distintos en función del número de miembros de la familia. «Los comprará el consistorio hasta que podamos establecer una fórmula que permita generar toda esta alimentación», concretó Vilella. También se reforzará de la red de distribución de alimentos habilitando seis puntos de distribución repartidos en toda la ciudad.
Por otro lado, el Ayuntamiento también prevé que las familias puedan disponer de una tarjeta monedero municipal adicional al lote. Esta iría dirigida a la compra de otros productos de primera necesidad, como por ejemplo higiénicos. Aunque todavía no esté determinada la cantidad de dinero que incluirá, sí que ha trascendido que será incompatible con otras ayudas (como las tarjetas comedor) y que la recarga se hará a través de fondos municipales y de donaciones.
Llamada a la solidaridad
Por todo ello, el consistorio hace un llamamiento a la solidaridad. Vilella apeló a involucrarse al sector alimentario, a las empresas y fundaciones y a los particulares que se lo puedan permitir, ya sea para donar alimentos o parte de su tiempo para emplearlo en el voluntariado.
«No sabemos hasta que punto durará esta situación, pero por justicia social, la administración y la sociedad tiene que dar respuesta», concluyó Vilella.