«Equivocadamente, pensamos que no hablar del suicidio es un sistema de protección; y es todo lo contrario», señala el concejal de Salut, Òscar Subirats. Partiendo de esa premisa, Reus acaba de sacar adelante su propio Pla Local per la Prevenció de la Conducta Suïcida.
El documento calendariza 54 acciones para «convertir a la comunidad en un componente de cuidado de las personas», combatir el estigma y reducir los factores de riesgo. La elaboración de un mapa de puntos negros en la ciudad, el rediseño de ciertos espacios públicos con elementos arquitectónicos seguros, la programación de actividades de salud mental o los grupos de apoyo mutuo son algunas de ellas.
El plan recopila datos de estudios a nivel catalán y estatal, y refleja que las conductas suicidas tienen especial incidencia en jóvenes y adolescentes, se dan más en mujeres y afectan en mayor grado a población en condiciones socioeconómicas desfavorables o sin vivienda. El total de incidentes ligados de este tipo que gestionó el CAT112 en el Camp de Tarragona entre 2012 y el primer trimestre del 2022 asciende a 9.275. En 2021, la Regió Sanitària registró 381 casos –de estos, 185 en Baix Camp y Priorat, y 84 en Reus– de activación del Codi Risc Suïcidi, el programa de actuaciones asistenciales y preventivas de la conducta suicida.
La finalidad del Pla Local per a la Prevenció de la Conducta Suïcida, que abarcará el período 2022-2027, es «incrementar el grado general de bienestar percibido por la población porque eso influirá positivamente en la salud mental de las personas». Se actúa desde la perspectiva individual y la colectiva. Algunas acciones buscan incidir directamente en los vecinos y otras, en su entorno físico, social y cultural. Las hay sobre sensibilización, ayuda a supervivientes o acceso a la atención, entre otros ámbitos.
En cuanto al rediseño de espacios públicos como método de prevención, por ejemplo, Subirats comenta al Diari que «primero debe haber una reflexión sobre qué lugares podrían ser modificados en el caso de que presentasen factores de riesgo que se pudieran reducir», para después actuar. Una manera de hacerlo sería «impedir el acceso a esos puntos» o «adaptarlos para que no revistan riesgo».
El plan también contempla la instalación de dispositivos de asistencia ante tentativas de suicidio o el desarrollo de propuestas de arte urbano con mensajes esperanzadores en los puntos identificados como críticos. Medidas como la ayuda a la obtención de vivienda a los grupos de población vulnerables, la formación o la puesta en marcha de herramientas digitales de bienestar emocional también figuran, así como la difusión de los teléfonos (024, 061) u otras vías de atención.
«Todos debemos ser centinelas»
El concejal de Salut destaca que «debemos desestigmatizar la conducta suicida y generar mecanismos de detección precoz», e insiste en que «toda la comunidad tiene que ser cuidadora». «Hablar de ello no incita, sino que se trata de normalizarlo para que todos podamos ejercer de centinelas y se identifiquen antes estas posibles situaciones».
Subirats destaca que «el suicidio no siempre va ligado a la salud mental, pero frecuentemente guarda relación con ella» y «el empoderamiento es clave». «Hay que erradicar el estigma, ganar visibilidad y empoderar a las personas individual y colectivamente para que se sientan lo suficientemente implicadas como para ayudar», afirma.
Con el texto, «abrimos camino. Somos la primera ciudad de Catalunya, y probablemente de España, que tiene un plan así, hecho desde la óptima municipal», indica Subirats. El Pla Local per la Prevenció de la Conducta Suïcida 2022-2027 se presentará públicamente mañana, a las 17.30 h., en el Castell del Cambrer. También se hará el retorno al Consell de Salut.
