Durante muchos años se ha repetido el mantra de que hablar del suicidio, sobre todo desde un altavoz de largo alcance como lo son los medios de comunicación, es contraproducente y tiene un efecto llamada que puede provocar que gente que esté pensando en quitarse la vida termine por hacerlo.
Nada más lejos de la realidad. Entre muchas otras, la asociación Obertament, y como defienden también expertos en psicología, reivindica la importancia de romper el tabú y los estigmas alrededor de la salud mental y de quienes sufren trastornos. La entidad se formó en 2012, creando una alianza entre la Federació de Salut Mental de Catalunya, la Federació Veus (entidades afectadas en primera persona), la Unió Catalana d’Hospitals, el Consorci de Sant i Social de Catalunya y el Fòrum de Salut Mental.
Así, su director, Miquel Juncosa, explica que el objetivo de Obertament es «luchar contra el estigma alrededor de la salud mental, que es toda la carga de prejuicios que hacen que las personas con trastornos tengan menos oportunidades, a nivel laboral y social, y que al fin y al cabo es lo que más afecta a su trastorno».
Sobre el tabú concreto en relación al suicidio, sacaron una serie de conclusiones de un observatorio sobre salud mental y medios de comunicación. El principal de estos es «el margen de mejora en el tratamiento informativo sobre el suicidio», explica Juncosa. Sobre esto, lamenta que «hay mucho contenido silenciado, principalmente el de la experiencia de la persona que intenta suicidarse y que afortunadamente se recupera. Su testimonio es muy valioso porque es un modelo de persona que ha salido adelante y esto es una experiencia positiva para aquellas que están en riesgo». Por otro lado, Juncosa habla de que «hay también mucho margen de mejora en el tratamiento informativo cuando se trata con detalles innecesarios sobre el método y el escenario del suicidio, es decir, con morbo». Asimismo, lamenta que «siempre se atribuye el suicidio a una causa única, cuando son muchos los hechos y factores que sumados hacen que una persona piense en quitarse la vida». Finalmente, critica también que, en el caso de personas famosas, del mundo artístico y cultural, se suele revestir el suicidio con cierto glamour, y esto es muy peligroso».
Así, y en relación al mantra que se comentaba en el inicio del artículo, el director de Obertament defiende que «no es cierto que no se pueda hablar de suicidio, ni que no pueda salir en los medios, no hay ningún vínculo entre esto y que aumenten». De hecho, comenta, «todas las autoridades sanitarias, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el Ministerio de Sanidad, recomiendan que se hable del suicidio, de manera que se rompe el tabú y aquella persona que tiene pensamientos e ideaciones suicidas es consciente y ve que no solo le afectan a ella». «Si se convierte en tabú y no se habla de ello, deja de existir», dice Juncosa, que insiste en que hablar de detalles morbosos sí puede ser contraproducente.
Con todo, destaca la campaña de comunicación de Salut para dar a conocer el 061, el teléfono de atención a la conducta suicida y celebra que «las administraciones están poniendo cada vez más recursos para prevenir estas situaciones».
Desde la asociación, también recomiendan a medios y periodistas evitar imágenes explícitas e incluir en las piezas teléfonos de emergencia y servicios de ayuda, y además ofrecen un servicio gratuito de asesoramiento para los profesionales.
