La sequía ha castigado duramente a las zonas de interior del Priorat. Los largos meses sin lluvias han afectado también directamente a la biodiversidad, poniendo en peligro a las especies autóctonas.
En El Masroig, la unión entre el Ayuntamiento, la comunidad de regantes de la zona y L’Aube, una entidad ambiental, ha conseguido salvar a más de 3.000 peces, manteniendo un nivel estable en diversas balsas. Las altas temperaturas han llevado a una situación nunca vista hasta el momento en el territorio, con el río Siurana seco y los distintos animales buscando los escasos espacios donde poder vivir.
Pere Josep Jiménez, director técnico de L’Aube, explica que «llevábamos ya dos años estudiando estos ejemplares, y ante la falta de precipitaciones y la rápida evaporación del agua, hemos llegado a un acuerdo con una pequeña comunidad de regantes de la zona y el Ayuntamiento». Añade que en las balsas hay «bagres, barbos, madrillas, gobios y hasta alguna pequeña anguila», además que «no ha sido necesario un traspaso muy grande de agua, lo suficiente para que se pudieran mantener sanos, de lo contrario habría sido un desastre». «Vimos que a través de unos caudales se podía redireccionar la acequia de Horta de Llinars. El Siurana es un río complejo, y hay que precisar cada movimiento».
Relata que los momentos más críticos fueron en julio y principio de agosto: «El río Siurana es el refugio más grande de diversidad piscícola del tramo final del Ebre, y con el transvase de Siurana a Riudecanyes se llegó a una situación que nunca habíamos visto, tuvimos que hacer actuaciones puntuales. Por suerte, las últimas lluvias nos han dado algo más de tranquilidad, la recuperación ha sido espectacular». Las tormentas de las últimas semanas han permitido añadir hasta en algunos casos 20 litros a los puntos delicados.
La necesidad de mirar al futuro
L’Aube pide ahora intentar adelantarse a los acontecimientos. «La crisis climática va para largo, este podría ser recordado como un año disruptivo, en el que veamos que ya no hay vuelta atrás», alerta Jiménez. «La tónica general tiene que ir por ahí, estas soluciones puntuales y locales hay que hacerlas extensivas. De la misma manera que hay un plan para la sequía, debería haber otro para proteger la biodiversidad en sistemas fluviales», añade.
El director técnico de L’Aube explica que hay que garantizar caudales, así como el mantenimiento de balsas refugio estratégicas en el Siurana para evitar el colapso de las poblaciones autóctonas de peces, sinó difícilmente podran recuperarse. L’Aube publica todas las actividades que preparan a lo largo del año en su Instagram @laube2021.