La demolición de la antigua fábrica de la Sedera, en el paseo de Misericòrdia, sigue provocando protestas y quejas de los vecinos más próximos a las obras y que, inevitablemente, están sufriendo de una forma más directa sus consecuencias. Una vez que el viejo edificio ya está derruido (lo que queda ahora es un enorme solar repleto de escombros), el principal problema viene dado ahora por el traslado de las toneladas de escombros que la empresa que ejecuta las obras tiene que realizar cada día.
El presidente de la Associació de Veïns Monestirs y de la plataforma Salvem la Sedera, Alfonso Berbel, explica al Diari que «los vecinos tienen que sufrir a diario el paso de camiones por las calles del barrio, cuando eso no fue lo que se quedó con el Ayuntamiento y con la empresa. El compromiso es que los camiones saliesen directamente por la calle Evarist Fàbregas para enfilar rápidamente hacia la avenida de Sant Bernat Calbó, sin tener que pasar por la calle Sedera, el paseo Misericòrdia, la calle Miami y la avenida de Pere el Cerimoniós, como están haciendo cada día».
Berbel se lamenta de que «aunque he hablando con el concejal de Urbanisme, Marc Arza, para quejarme de esta situación, me ha dicho que la empresa ya está informada de que los camiones no atraviesen todo el barrio, pero por lo visto no hace caso». Otro aspecto que molesta a los vecinos es la gran cantidad de polvo que tienen que soportar provocado por el movimiento de los escombros. En este sentido, Berbel también recuerda que «cuando nos reunimos con el alcalde le pedimos que se obligase a la empresa a remojar las obras para evitar el polvo, pero se han limitado a tener en marcha una manguera pequeña de jardín en la fachada principal, que para nada tiene ningún efecto sobre la enorme extensión de escombros y el volumen de polvo que hay».
Por otra parte, desde que el solar derruido ha quedado prácticamente al descubierto ya se han podido ver a algunas personas ajenas a las obras llevándose hierro y material diverso para su posterior venta al peso en chatarrerías. Por ejemplo, el pasado fin de semana, que también coincidió con el lunes festivo, el Diari fue testigo de la presencia de dos jóvenes cogiendo hierro.
Tres meses de obras
Los trabajos de derribo de la antigua fábrica de la Passarel·la Tèxtil del paseo Misericòrdia, conocida popularmente como la Sedera, empezaron el pasado mes de mayo, después de que sus propietarios -la inmobiliaria Solvia, del Banco de Sabadell- no consiguiese encontrar un comprador para el edificio tras varios meses en venta.
Las obras para tirar al suelo esta fábrica han estado rodeadas por la polémica desde su inicio, ya que la plataforma Salvem la Sedera presentó una denuncia a Inspecció de Treball asegurando que los trabajos se habían iniciado sin seguir los trámites que obliga la Llei de Prevenció de Riscos Laborals y el Pla de Seguretat i Salut.