El Ayuntamiento cerrará los contenedores de orgánica y de resto, que pasarán a desbloquearse mediante una tarjeta personal y estarán disponibles durante siete y tres días a la semana respectivamente. Lo hará a través de una subvención de 716.726 euros procedente de los Next Generation y otras aportaciones externas. En paralelo, el gobierno avanza en la elaboración de una nueva ordenanza que «trabaja el concepto de que quien más recicla paga menos y premia las buenas prácticas», tal como apuntó el concejal de Medi Ambient, Dani Rubio.
El despliegue, cuya inversión se ha cuantificado inicialmente en alrededor de 1,2 millones de euros aunque «tan solo 80.000 vendrán del presupuesto municipal», empezará con una prueba piloto antes de implantarse definitivamente en toda la ciudad. La zona donde se realizará el test todavía no se ha concretado. Los 1.888 contenedores de la contrata Reus Net se adquirieron preparados para este sistema y casi el 100% de ellos se han colocado ya en las calles.
El cierre definitivo deberá aplicarse antes de que acabe 2024 y estará precedido por un informe que se registrará a principios de 2023. Una vez que ya esté en marcha, la tarjeta para la apertura de los contenedores se distribuirá entre la ciudadanía en el ámbito domiciliario –ira a nombre de las personas residentes en la vivienda– y también en la recogida comercial. Permitirá al Ayuntamiento conocer quién y con qué frecuencia acude a las islas y qué fracciones emplea. «En el futuro se aplicará una tarifa que incentivará el reciclaje», precisó Rubio.
El concejal indicó que, además, mediante el sistema, resultará posible acabar recopilando datos sobre «cuál es el porcentaje de reciclaje» así como «consultar las aportaciones de cada persona, consultar la bonificación, comunicar posibles incidencias o acceder a la información general». El consistorio «enviará información a las personas» y «los comercios podrán solicitar recogidas extra». Se adquirirá un software para leer e interpretar los datos. En caso de que se detecte alguna alteración respecto a lo esperado en una determinada área, «será posible habilitar inspectores en ese lugar».
También se plantean campañas de sensibilización e información ciudadana, así como la puesta en funcionamiento de una aplicación digital con la finalidad de que las personas y los comercios dispongan de acceso directo a estos datos sobre su participación en la gestión comunitaria de los residuos.
Llamamiento a toda la ciudadanía
El objetivo de todo, tal como precisó Rubio, es «fomentar el reciclaje» e igualmente por eso se progresa en la definición de esta nueva ordenanza que pueda dar lugar a «una tasa justa» para quienes separen la basura correctamente por fracciones. En cuanto a esto último, se realizará un estudio que «ayudará a la definición de los importes de la parte general de la tasa domiciliaria y de la tasa comercial de las tiendas que no tienen recogida puerta a puerta y los importes por aportación de residuos orgánicos para calcular la parte variable». Para los grandes generadores comerciales, que ya tienen tasa justa, «el estudio permitirá plantear mejoras en relación a la diferenciación de las actividades o revisión de los importes actuales».
En este sentido, el alcalde de Reus, Carles Pellicer, añadió que, con los nuevos contenedores que ha instalado Reus Net, «la ciudad está mejorando» y «se facilita que no haya tantos trastos en la vía pública». Pellicer aprovechó para hacer «un llamamiento a toda la ciudadanía» para que «deposite siempre las bolsas de basura en el contenedor adecuado». Sistemas como el que comienza a desarrollar Reus se han activado en municipios cercanos, como Tarragona, con éxito.
En otro orden de cosas, sobre la situación de los contenedores soterrados que recientemente generaba quejas entre restauradores del centro, fuentes municipales detallan que los que se averiaron en el Mercadal están reparados o habilitados y que se sigue usando provisionalmente un equipo auxiliar para atender al resto.