Los primeros autobuses interurbanos llegan a la nueva parada de Reus Centre bajo la atenta mirada de un grupo de técnicos del ayuntamiento que supervisan que todo vaya bien y no haya ninguna incidencia durante la jornada. La mañana del lunes, la sensación es de pocos autobuses y, también, pocos usuarios. Seguramente, buena parte de los que no están son los universitarios, que durante el curso suelen ser un grupo mayoritario entre los usuarios que van y vienen de Tarragona.
A primera vista, se observan algunos de los pasajeros que recorren las cinco paradas buscando cuál es la que deben utilizar para llegar a su destino. Uno de ellos es Xavier Baiges. Está en el segundo andén para ir hacia Tarragona y denuncia «la falta de visibilidad de los números de las paradas», que solo se pueden ver si te sitúas en frente de cada marquesina. Eso le ha obligado a recorrerlas todas para encontrar la que tiene que usar. Además, «haría falta poner un reloj en la nueva estación», indica, puesto que no hay existencia de este ni de ni ningún cartel electrónico que indique las próximas llegadas, solo los horarios en papel pegados en los cristales. En la otra parte de la calle, vemos otros usuarios que esperan sentados en los bancos del Consell Comarcal del Baix Camp. Ya saben en qué parada tendrán que ir cuando llegue el autobús.
Serafina hace más de nueve años que utiliza el bus diariamente para ir a les Borges del Camp. Comenta que, desde hace días, en la parada del pueblo pusieron un cartel explicativo de los nuevos cambios que supondría la parada Reus Centre. «Las Oques es un puesto muy céntrico y siempre estaba a tope de gente, ya no te cuento los días de mercado, que eran una locura», dice. Durante la conversación con esta usuaria, que nos hace notar su valoración positiva del nuevo cambio, llega otro usuario vecino del mismo pueblo. Él nos muestra su descontento: «La gente que vamos a comprar no tenemos por qué bajar hasta aquí». Según su parecer, es un «grave error» haber trasladado los autobuses de Tarragona y pueblos «tan lejos del Mercat». Serafina le responde que, desde las Oques, puede coger uno que le lleve hasta aquí.
La de este usuario no es la única valoración negativa, otro que pasaba por allí exclama «vaya lío que han metido aquí». Aun así, por lo general se ven buenas sensaciones entre los usuarios sobre todo de mayor tranquilidad.
Nos desplazamos a la plaza del Nen de les Oques. Allí, está Desiderio, trabajador de la compañía Monbus, que durante este lunes se dedicará a indicar a la gente que tenga dudas cuál es el nuevo apeadero al que deben acudir. «Esperaba más personas. De momento, han sido pocos los que han preguntado», explica. Una chica joven nos interrumpe preguntando por los autobuses que van hacia Tarragona. Desiderio le contesta que, a partir de ahora, se cogerán en la nueva estación que hay a 200 metros.
