Son grandes clásicos de las reclamaciones vecinales, ámbitos recurrentes en los que brotan los problemas de muchos municipios y que pronto ocuparán, sin duda, buena parte de los programas electorales para el 28-M. Limpieza (603) y vía pública (322) copan más de la mitad de las 1.813 quejas y sugerencias ciudadanas que registró el Ayuntamiento en 2022.
Las reclamaciones contabilizadas el año pasado representan 200 más que en 2021 y superan en 500 las de 2020, cuando irrumpió la Covid. Jardinería (203), aguas y plagas (151), seguridad (94) y señalización (87) también preocupan.
Consultado al respecto, el Ayuntamiento asegura no ver motivo en el incremento de incidencias salvo que «más quejas y sugerencias significan que la ciudadanía se implica más». Para el presidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR), Marcos Massó, en ello hay un «importante componente de incivismo». «Para que las cosas vayan bien, todos debemos poner de nuestra parte y eso no siempre pasa», precisa. Massó destaca que «los temas con más quejas son los mismos que hace diez años y que dentro de otros diez, porque son las cuestiones que más directamente afectan a la gente. Los vecinos no se quejan sin motivo».
De entre todos los campos, el de la limpieza es el que más reclamaciones levantó en 2022. Este protagonizó, además, 91 quejas más que el año anterior. La etiqueta abarca desde el servicio de barrido de las calles hasta el de recogida de basuras, pasando por asuntos vinculados a contenedores, papeleras, desechos, deixalleries o voluminosos.
El aumento de sugerencias coincidió en el tiempo con el despliegue de contenedores de la recién estrenada contrata Reus Net, que culminó en mayo y pudo haber generado inquietud al tratarse de un modelo nuevo, con más depósitos e islas. El Ayuntamiento realizó durante la segunda mitad del año algunas correcciones en cuanto a las ubicaciones de las baterías.
Pero, al margen de esto, persiste una lacra. La conocen bien, igual que en otros puntos de la ciudad, en el barrio del Carme. El presidente de la Associació de Veïns L’Harmonia del Carme, Josep Machado, explica que «hay muchas personas incívicas que dejan las bolsas de basura en el suelo en lugar de meterlas en el contenedor; y hacen lo mismo con colchones o muebles, pese a que existe el 010 para llamar y que vengan a recogerlo».
«Luego, dicen esto o lo otro de los de la basura. Y yo respondo que no, que los de la basura somos nosotros», añade Machado. Y cuenta que «aunque no nos gusta que multen a nadie, sí que ha habido veces en las que hemos tenido que dar aviso porque la situación no se resolvía». Similar es la opinión de Massó, que subraya que «el incivismo prolifera porque la gente ha perdido el miedo y parece que todo vale».
En cuanto a vía pública, en ese apartado agrupa el Ayuntamiento las reclamaciones sobre pavimentos, limpieza de solares públicos, rampas, aceras, juegos infantiles y arreglos de calles. Y la jardinería se refiere a la poda y la situación de parques y plazas donde haya verde. La zona de Mas Pellicer viene denunciando en los últimos tiempos varios desajustes ligados a ambos temas.
«A lo largo de todo el paseo de Mas Abelló, las raíces de los árboles han reventado el asfalto», detalla el presidente de la Associació de Veïns I de Maig, Eduardo Navas, que dice que «uno circula por allí y es como subirse a una montaña rusa sin salir del barrio». Además, «tenemos muchas baldosas levantadas y es un peligro para las sillas de ruedas; se lo hemos dicho mil veces al gobierno y nada».
En ese mismo punto de Reus, Navas también sostiene que «hace décadas que no nos pintan las líneas de la carretera y uno ya no sabe si conduce por el carril derecho o por el izquierdo». La señalización generó 87 quejas ciudadanas en 2022.
La seguridad también aparece arriba en el top 10 de los ámbitos que más descontento ocasionaron en los vecinos. Sin embargo, las quejas fueron muchas menos el año pasado (94) que el anterior (235). Aunque el Ayuntamiento no se pronuncia, esto podría deberse a la reapertura de las comisarías de proximidad de la Guàrdia Urbana, que estuvieron fuera de funcionamiento desde la Covid y recuperaron la actividad a inicios de 2022. «En seguridad, estamos en una época complicada porque la gente tiene necesidades y los efectivos son los que son», indica Massó.
Las plagas y el alumbrado
Pero más alarma que la seguridad crearon las plagas, con 151 quejas contabilizadas en un año en el que se hicieron especialmente notorias las denuncias vecinales por presencia de cucarachas o roedores, pese a los tratamientos que el consistorio aplicó. También en 2022 aparecieron en Reus los primeros dos casos autóctonos de virus del Nilo, lo que llevó al gobierno a reforzar el plan de desinfección del alcantarillado y de áreas verdes.
El alumbrado es la última gran cuestión reflejada en las estadísticas. Acumuló 61 quejas al mismo tiempo que residentes en Mas Iglesias o Xalets Quintana señalaron que las ramas de los árboles o la falta de puntos de luz dificultaba la visibilidad.
Fuentes municipales insisten en que «el buzón de quejas, incidencias y sugerencias del Ayuntamiento forma parte de la política de proximidad y participación» y «el objetivo es hacer partícipe a la ciudadanía de la mejora de la ciudad».
De las 1.813 reclamaciones, 769 llegaron a través del buzón ciudadano y otras 344 entraron por el 010, mientras que hubo 517 vehiculadas por el registro telemático y 173 presenciales. La mayoría se acumularon en mayo (233) y junio (213), aunque también se alcanzaron cifras considerables en septiembre (183), octubre (176) y marzo (150). Hasta 1.135 las formularon personas físicas. Un 87,9% del total ya están cerradas.
