Las mujeres de La Illeta piden máquinas para coser cojines contra el cáncer de mama

Las de DonaArsu Tot, rama femenina de ARSU, quieren confeccionar un total de 50. Ya han conseguido el patrón para crearlos gracias a la Asociación contra el Cáncer de Tarragona

13 abril 2022 09:45 | Actualizado a 13 abril 2022 17:45
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El taller de mujeres (DonArsu Tot) del Centre d’Activitats i Acollida La Illeta, del Servei d’Addiccions i Salut Mental del Hospital Sant Joan, busca máquinas de coser de segunda mano. «Por lo menos, un mínimo de cuatro», solicitan algunas de las integrantes más asiduas de la agrupación, que suelen ser una decena. «También necesitamos telas de algodón e hilo, todo el material que se pueda aportar», dicen.

La acción solidaria que quieren llevar a cabo tiene como meta confeccionar 50 cojines para las mujeres que sufren cáncer de mama. «Estos apoyos tienen forma de corazón y ayudan a pasar, un poco mejor, los efectos secundarios de la intervención quirúrgica que se les realiza a las mujeres que han pasado por ello», explica la educadora Sara Ferrando, junto con algunas de las integrantes del taller de mujeres. 

Esta iniciativa parte de la ayuda mantenida con la Asociación contra el Cáncer de Tarragona, desde la que les han proporcionado los patrones para elaborar los cojines. «Todo surgió a raíz de participar en un proyecto de intervención social en el que se abordaba, entre otros temas, la violencia de género y se propuso crear estos cojines para pasar el postoperatorio», añade. 

«Estos apoyos ayudan a pasar más cómodamente los efectos secundarios de una intervención»

Sara Ferrando. Educadora

De hecho, Mireia González, que cursa el ciclo de Integración en el Institut Gaudí de Reus, ha sido una especie de catalizador para todo ello. Está haciendo prácticas allí, precisamente. Ella misma celebra, además, que el grupo de mujeres «sea tan activo». Las mujeres del taller están «muy ilusionadas» con el proyecto y varias aseguran desenvolverse bien en la práctica de la costura. «Si hay alguna que no sepa, nosotras les enseñamos y si tenemos que desplazarnos a recoger máquinas de coser no nos importa. Si alguna es vieja y ya no funciona, podemos arreglarlas, también», declaran. 

Contar con máquinas de coser en La Illeta supone agilizar mucho las cosas, puesto que «podemos coser sin tener que traerlas y llevárnoslas a casa cada vez que vengamos, es más fácil tenerlas aquí», cuentan desde el taller algunas de las integrantes. No descartan tampoco que aquellas personas que quieran ayudar se sumen. Ferrando complementa, por otro lado, que es importante visibilizar el taller de mujeres de La Illeta, puesto que, «a día de hoy, aún se estigmatiza a la mujer consumidora o con problemas psicológicos». Destaca que la mayoría de las que consumen benzodiazepinas son amas de casa, por ejemplo, y se las enjuicia si no «pueden hacer frente a todas las prácticas que se refieren a cuidados».

Las mujeres de DonArsu Tot han grabado un vídeo para difundir la petición de conseguir máquinas de coser; en él, lucen el lema «Todas somos una». Destacan, también, el perfil «activista» de todas, que colaboran con otras entidades del territorio, como el colectivo de las Metzineres. 

Sobre el taller de mujeres

Ferrando fija el año 2007 como el momento en el que notaron un «aumento de la población femenina precisada de un espacio en el que se la escuchara, en el que se tuviera en cuenta las problemáticas de tipo social y de consumo con perspectiva de género». Así fue como se creó el taller de mujeres, «en respuesta a una demanda», apunta.

De hecho, menciona la existencia de la Associació Reus Som Útils (ARSU, www.arsu.es) –sin ánimo de lucro y formada por personas que consumen o que lo han hecho tiempo atrás, así como otras sensibilizadas con ello–, pero hace hincapié, también, que «luego está la rama de la asociación nutrida por mujeres, a la que nosotras llamamos las mujeres de DonArsu Tot», especifica evidenciando el juego de palabras en catalán (‘dárselo todo’). Y es que acota que ARSU es un colectivo «bastante masculinizado y crear este grupo femenino tenía que surgir en un momento u otro; que exista, facilita trabajar de una manera más individualizada». En este espacio –informa– surgen muchos debates, las mujeres que forman parte de él «cuentan sus cosas y se desahogan, también realizan actividades y pasan tiempo juntas». No todas pueden acudir siempre a los encuentros que hacen, puesto «que todas tienen sus responsabilidades, pero hacen mucho por apoyarse las unas a las otras», resume. 

«Aún se estigmatiza a la mujer que consume. El taller de mujeres surgió por la demanda; atendemos con perspectiva de género»
Sara Ferrando. Educadora

Expresa que, además, el trato entre ellas y su relación va más allá de las reuniones en el centro. «Hay mujeres que han conocido una infinidad de formas de agresión y violencia, aquí muchas encajan, se entienden y se les hace un sitio. Organizamos, además, charlas en las que invitamos a profesionales como sexólogas y ginecólogas, entre otros perfiles», manifiesta.

Enumera otras acciones como el reparto de preservativos a mujeres que ejercen la prostitución en la ciudad o proporcionar jeringuillas a aquellas personas usuarias que lo necesitan, para lograr que «el consumo sea seguro». También le dan mucha importancia al autocuidado y a la autoestima de una misma, invertir en salud, en definitiva. «El taller de mujeres es importante para muchas mujeres porque conocen una comunidad que está a su lado». El taller de mujeres es «muy activo», insiste, y los profesionales que atienden a sus integrantes parten de una actuación que persigue una «filosofía holística, entendiendo cada caso en su contexto; todas y cada una de las mujeres tienen un entorno familiar y un tejido de relaciones complejo y operamos teniendo en cuenta esa realidad». 

Semanalmente, estas mujeres se reúnen en el Centre d’Activitat i d’Acollida La Illeta, en activo desde 2001 y desde el que se atienden también necesidades básicas y se ofrecen actividades de recreo, ocupacionales y en las que se inserta laboralmente a las personas. «Es un recurso del centro de día que subvenciona el Ayuntamiento de Reus», recuerda Ferrando. 

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