Los agentes de la Guàrdia Urbana de Reus están más atentos que nunca de cualquier acto incívico que puedan realizar propietarios de perros. Enfatizan especialmente con los orines en la vía pública, es decir, si el propietario lo remoja o no. Y es que la Ordenanza de Civismo recoge en su última modificación –en vigor desde julio del año pasado– la obligación de aclarar con agua el pis de las mascotas. De no hacerse, supone una infracción leve, con una multa de hasta 600 euros. «En el caso que no se pueda evitar la micción de las mascotas en la vía pública, se deberá limpiar de inmediato con agua en el espacio donde se ha producido», detalla el texto.
Transcurrido prácticamente un año desde que entró en vigor la modificación de la ordenanza, Guàrdia Urbana ha levantado, desde entonces, doce actas por no remojar las micciones, cinco de las cuales durante el pasado mes de mayo. Aunque esta obligatoriedad es relativamente reciente, mayoritariamente la ciudadanía lo está cumpliendo y las botellas de agua se han convertido en un accesorio más. Por el contrario, no recoger los excrementos sigue produciéndose más habitualmente. Así pues, Guàrdia Urbana ha levantado 126 actas por deyecciones entre 2020 y los primeros cinco meses de 2021. Un total de 99 corresponden a 2020 y 27, a 2021, de la cuales diez fueron durante el mes pasado.
«Al final todos nos movemos por las multas», admite Maria Solana, sentada en uno de los bancos del pipican del Parc de Sant Jordi. Ella es de Madrid y valora que en Reus la ciudadanía tiene muy asumido la acción de remojar los orines de los perros: «En Madrid no lo había visto… Y lo veo muy bien, también que multen, porque es que al final la responsabilidad es de los dueños», opina. Junta a ella está su hijo, Miguel Díaz, propietario de un perro. Asegura que recoge siempre los excrementos «pero admito que no remojo el pis… Entiendo que no es lo mismo que pisar una caca…». Aun así, está al corriente que puede ser multado por esto, «pero de momento he tenido la suerte de no encontrarme a ningún policía».
En el mismo parque, David Mora y Pilar Martínez, propietarios de dos perros, comentan que «todavía queda un largo camino». Creen que desde que está vigente la modificación de la Ordenanza de Civismo que obliga a remojar los orines, «algo más de concienciación hay», pero que todavía no hay la suficiente. Señalan una zona del pipican del Parc de Sant Jordi donde se acumulan varios excrementos. «La mayoría de gente es respetuosa, pero hay todavía algunos que no», opinan. Según lo que han ido viendo en los últimos meses, «quizás donde se ha notado mayor concienciación es en la calle». «La multa es necesaria», concluyen ambos, que detallan que, en su caso, tienen sus canes enseñados para que no orinen ni hagan sus necesidades en medio de la calle. «Desde pequeños que les hemos enseñado que lo hagan en casa, en una zona que tenemos habilitada, o en el pipican. Vivimos en el Pallol y se esperan a llegar al Parc de Sant Jordi», explican.
Por la zona, Jordi también pasea dos perros. Bajo su punto de vista, «generalmente» la gente tiene conductas cívicas, «pero todavía se ven excrementos…», lamenta, por lo que cree necesario que se llegue a multar por no cumplir con la normativa. En cuanto a la obligatoriedad de remojar los orines, Jordi abre su riñonera y saca una botella de agua: «No cuesta nada llevarla. Se ha incorporado ya como un elemento más a la hora de sacar el perro, y el resto de propietarios también ha respondido».
Campañas de vigilancia
Desde el Ayuntamiento de Reus se detalla que los controles contra el incivismo de propietarios de perros se realiza de dos formas. O con una patrulla de paisano destinada en un punto concreto de la ciudad o a través de un aviso a todas las patrullas en servicio para que extremen la vigilancia. Se trata de actuaciones que no se realizan a diario, sino que se hace de forma puntual y con mayor frecuencia en determinadas campañas. Se hace especial difusión de los incumplimientos de la Ordenanza de Civismo (no recoger excrementos y no remojar orines), pero se puede multar cualquier irregularidad relacionada con la tenencia de perros (registro municipal, licencia, ir con el animal desligado o sin bozal si se trata de un perro potencialmente peligroso).