Contenedores desbordados, zonas de los barrios en las que no llegan los servicios de recogida, irregularidad del servicio... «Se ven cosas inconexas, o los camiones vienen muy seguidos, o no vienen», explica Jordi Balust, vecino del Barrio Mas Iglesias, añadiendo que «los circuitos de la limpieza no funcionan. Es un descontrol». Él vive justo en frente de la biblioteca Pere Anguera «y aquí, muchas veces tengo que barrer yo».
El año pasado, el barrio Gaudí fue escenario de varias quemas de contenedores y aseguran que las unidades dañadas se han repuesto por otras más pequeñas. «Se desbordan cada día y más durante estas fechas», explica María del Mar, presidenta de la asociación de vecinos. Ambas zonas opinan que no se trata de una falta de equipo humano: «Sabemos que les falta maquinaria. No es culpa de los barrenderos, que tienen que utilizar medios muy rudimentarios por la época en la que vivimos», añade la representante vecinal del barrio Gaudí.
Estas escenas, advierten desde el sindicato UGT, son consecuencia del largo proceso de adjudicación del nuevo contrato de servicio de la recogida de basura de Reus, que ha pasado por dos prórrogas después de que en 2010 Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) obtuvo el contrato de gestión de la recogida de basura por ocho años.
Finalmente, el pasado mes de octubre el gobierno municipal aprobó sacar adelante el nuevo contrato de la basura para regularizar de nuevo el servicio y equiparlo con nuevas dotaciones y recursos. Pero el proceso está siendo más largo de lo deseado por los trabajadores de la empresa, que afirman estar trabajando en situaciones límite, y desde los barrios de la periferia de la ciudad se están notando las secuelas de esta prolongación.
Cori Balanyà, presidenta vecinal del barrio Fortuny explica que en su barrio hay gente que deja muebles y todo tipo de residuos grandes en la calle, incivismo con el que la empresa de limpieza intenta lidiar, pero no lo consigue: «Quizás es que no tienen suficientes medios para abordar la situación, porque las cosas que dependen de los barrenderos, como las plazas, sí que están limpias».
Una situación límite
El pliego de condiciones para la licitación del nuevo contrato finalizó el pasado 23 de diciembre. Desde el sindicato UGT, Ángel Martín de Sande, representante de Saneamiento Urbano, explica a este medio que se les hizo saber que la adjudicación se habría retrasado por un problema puntual con las cláusulas. «Hablamos con el alcalde y le trasladamos nuestra preocupación, la situación es límite y si se alarga el periodo con este vacío, no llegaremos a marzo porque todo quedará obsoleto», explica Martín de Sande, que reconoce que el edil municipal mostró mucha preocupación y se comprometió a agilizar los trámites lo más rápido posible para solucionar la crisis a la vez que les dio las gracias por el gran esfuerzo realizado.
Actualmente, 240 trabajadores forman parte de la plantilla del servicio de recogida de basuras en Reus. Los mismos, según el representante sindical, que hace trece años a pesar de que la ciudad haya crecido en dimensión y población.
«Estamos muy mal de personal, tenemos que hacer el doble de trabajo con camiones estropeados, es por eso que muchas veces no se llega a todos los barrios», justifica Martín de Sante, que asegura que en más de una ocasión, en un mismo vehículo de servicio van cuatro trabajadores, porque no evitan utilizar los que están obsoletos por posibles riesgos laborales. «Estamos al 40% de la maquinaria y solo alcanzamos a hacer el 30% de todo lo que el servicio podría hacer». Si la situación no cambia antes, el próximo 20 de enero se van a reunir para tomar una decisión. Y advirtió: «Los trabajadores están al límite de decir ‘basta, ya no salimos».