«La experiencia de crear es vital para mí, una pura necesidad: la sentí por primera vez a los tres años y ya forma parte de mí». Con estas palabras la artista multidisciplinaria Fina Veciana (Reus, 1971) describe en su página web (finaveciana.com) cómo el arte y la pintura corren por todo su cuerpo desde la infancia. Así, en soportes como el papel, la tela o la madera ha encontrado el apoyo físico para expresar un infinito universo inmaterial, repleto de emociones y sentimientos. De ahí, que la creadora reusense confiese que «soy incapaz de pintar, si no siento».
Fue precoz en el mundo del arte.
Tengo el recuerdo de como con tres años siempre llevaba conmigo una libreta donde anotaba ‘mis ideas’, solía decir cuando me preguntaban. Así que, desde pequeña, siempre me ha gustado dibujar y hacer collages con recortes de papel que pegaba en la libreta y luego dibujaba por el margen o por encima. Siempre he necesitado tener cerca de mí papel y lápiz, dos objetos que son imprescindibles en mi día a día.
La necesidad del collage ha persistido con los años.
Sí. No percibo una obra, si no hay collage. Me gusta ir recogiendo materiales de todo tipo, que a menudo incorporo a mis obras, así mi mundo real entra a formar parte de mi mundo creado: el collage añade valor conceptual y estético a la obra, se convierte en un juego apasionante.
¿Cómo vive el proceso creativo?
Empiezo por recoger información, ya que observar es muy importante. Luego la interiorizo y por último la dejo ir, manifestándola hacia el exterior. Soy incapaz de pintar, si no siento. Así que cuando tengo épocas apáticas, me cuesta pintar. Puedo hacerlo, pero el resultado no me satisface.
¿Todo lo que siente se puede transformar en arte?
Un ejemplo curioso sería que durante el confinamiento padecí de ciática y ‘aproveché’ el dolor que sentía para usarlo como tema e intentar pintarlo. Así nació una serie que titulé ‘puta ciática’. Fue una experiencia diferente, casi terapéutica, ya que mientras pintaba me olvidaba del dolor. Creo que conseguí convertir una etapa dura en interesante.
En el proceso pictórico, ¿el final de una obra es intuitivo?
Cuando estudiaba en la Escola d’Arts Aplicades i Oficis Artístics de la Diputació de Tarragona, los profesores nos decían que debíamos saber parar a tiempo. En mi caso, me fío de mi intuición, y suelo tener claro cuando una obra está lista y ya no necesita nada más. También es verdad que hay obras en las que te paras, porque surge algún tipo de duda, así que es mejor dejarlas a un lado, reposando. Pasado un tiempo, cuando la recuperas, ves claro lo que fallaba y a veces con un par de trazos les das un giro inesperado o desconcertante.
Los procesos de creación son muy diferentes.
Sí. Está el día en que tengo claro cómo será la obra desde principio a fin, y todo va fluyendo instintivamente como una danza: el fondo, el collage, el texto que suelo escribir, los trazos, la gama de colores, las manchas… aunque para ello necesite 15 minutos o tres horas, o incluso un día entero. Empiezo y acabo. En cambio, hay otros días que solo tengo la necesidad de centrarme en partes del proceso: ‘ensuciar fondos’ (papeles, telas, maderas); hacer bocetos de los personajes; recortar trozos de materiales y jugar con ellos… Estos pasos servirán de base o complemento para crear una o varias obras otros días.
¿Todo fluye?
Durante el proceso, el fluir creativo a veces se para y otras es infinito. Muchas veces me he ido a dormir porque mi cuerpo ha dicho basta, pero en mi cabeza seguía teniendo ideas y mis manos iban solas.
¿Qué es lo más importante?
Todo el proceso lo es, ya que es la base de la obra, aunque reconozco que el trazo final, suele dar ese toque que es la huella del artista. Es ese ‘descifrar’ lo que le hacía falta, y que te saca esa sonrisa de satisfacción tan concreta al ver la obra terminada.
¿Aprovechó el confinamiento?
Sí, ya que la sensación de tener todo el día por delante sin necesidad de prisas ni pausas me hizo pintar y pintar… y la inspiración no se acababa. La mayoría de días y semanas fueron muy creativas, y la incertidumbre de la situación hizo que me estuviera reinventando en todo momento. Eso me permitió conectarme aún más conmigo misma y resultó una fuente muy fértil para crear. Aunque tengo que decir que eché mucho de menos las colaboraciones con otros artistas. Suelo hacerlo a menudo y la pandemia potenció la individualidad.
¿Es muy constante?
Sí. Todos los días trabajo, aunque no siempre son productivos.
Su página web y cuenta de Instagram también son un escaparate de todo su trabajo.
Con la pandemia, los artistas, como muchos otros colectivos, vimos reducidas las posibilidades de estar en contacto directo con el público, ya que no podíamos participar en ferias, hacer exposiciones, organizar pintadas en directo… Así que ambos canales fueron una salida importante para no perder ese contacto con el público, aunque fuera solo de manera virtual. Pero el tú a tú sigue siendo muy valioso y esencial.
¿Debe dedicarle muchas horas a la web y las redes sociales?
Al principio muchas, tanto mías como del programador. Hay enfoques varios a la hora de construir una web, pero yo tenía claro que quería que fuese clara, fácil de navegar y que los usuarios encontraran los distintos apartados de manera sencilla y rápida. Por eso la dividí en estos cinco: Biografía, Shop, News, Contacto y Projects. Una vez activada es cuestión de ir incorporando las obras nuevas a la tienda virtual e ir promocionándola. Luego está el perfil de Instagram, donde subo diariamente información de todo lo relacionado con mi día a día creativo y puedo interactuar con mis seguidores: da dinamismo.
¿Qué son los ‘Projects’?
Como artista, más que crear obras sueltas, lo que más me llena es trabajar y jugar con las ideas, que terminan convirtiéndose en series o proyectos. En el apartado Projects los usuarios de la web pueden leer como empezaron, el proceso de los mismos e incluso las obras que nacieron de ellos y que siguen disponibles para su compra, ya que un link las enlaza con la Shop. Percibo este apartado como un gran currículum de color, donde poder investigar mi trayectoria e incluso distraerse, como quien lee un libro. Aún tengo muchos proyectos antiguos e interesantes por incorporar, y espero poder ir haciéndolo en un futuro, así quedará constancia de las diversas actividades de toda mi trayectoria. Y evidentemente, los nuevos proyectos, ¡los que aún están por llegar!
¿También le facilita el trabajo a nivel internacional?
Antes, cuando quería contactar con ferias o espacios donde exponer, debía enviar toda la información, en cambio ahora con el link de la web o el perfil de Instagram pueden consultar, fácil y selectivamente, toda mi trayectoria y ver mi obra.
¿Qué más significa?
Además del público local, con quien siempre he tenido más contacto, puedo llegar a todo el mundo y para un artista esta posibilidad es muy atractiva. Aparte de que ha abierto la posibilidad de venta directa: el usuario puede mirar, remirar las obras, los precios, las medidas, durante el rato que quiera y las veces que le haga falta. Creo que es una situación con cierto encanto de intimidad.