El ayuntamiento de Falset ha creado un espacio de cotrabajo con el fin de albergar empresas, en un principio emergentes, sin sede. El objetivo es impulsar la interacción entre ellas en un mismo espacio y que desarrollen, de esta manera, sinergias, que hagan contactos. «El proyecto surgió a raíz de la Covid. Con el confinamiento, muchas personas empezaron a teletrabajar desde casa y vimos que crear un espacio en el que trabajar de una forma cómoda en el municipio era una necesidad», explica el concejal de Comerç en el ayuntamiento de Falset, Robert Coll.
Hicieron realidad esa idea habilitando una de las dependencias de la Casa de la Música, de la calle Davall y, así, han creado un coworking. «En estos momentos, lo presentamos oficialmente, porque es ahora cuando hay un proyecto tras la iniciativa», continua. En estos momentos, informa, han abierto el plazo para que las empresas que lo necesiten soliciten un espacio de trabajo. «Está abierto a todo el mundo. No conocemos proyectos municipales de este tipo en la comarca. De algún modo, facilitamos a las personas emprendedoras que se queden aquí, evitando que haya fuga de talentos», expresa el concejal.
Destaca, también, que han adaptado a las instalaciones. «Sabemos que muchos negocios del territorio se dedican a la producción del vino, pero no teníamos espacio suficiente como para adecuarlo a este tipo ocupaciones», detalla. De hecho, indica que, sobre todo, se dirigen a empresas del tercer sector y, especialmente, a las de carácter administrativo.
Coll cuenta, también, que hay dos modalidades de alojamiento empresarial: por un lado está la de jornada completa con la opción de permanecer allí un máximo de 40 horas semanales y, por otro, la de tiempo parcial de mañana o de tarde, con un máximo de 20 horas a la semana. «Nuestra intención es que las empresas se queden un tiempo, pero que su estancia aquí sea temporal para fomentar la rotación e igualdad de oportunidades, especialmente en el caso de las estén en fase de consolidación y las que emergen, pues las ayudamos a empezar», declara.
Por el momento, están empezando a recibir las primeras solicitudes y se encuentran ultimando los preparativos para hacer difusión de la existencia del espacio. Un ejemplo de empresario solicitante es Vincent Regnier. Vive en los alrededores de Falset y encontró una solución en este tipo de espacios. En estos momentos, dice, se encuentra solicitando el espacio, ya que el coworking «acaba de arrancar oficialmente», manifiesta. Apunta, también, que su perfil no es el de una empresa que emerge y que se siente «más cómodo» con la de etiqueta de emprendedor.
«Años atrás estuve en un coworking de Barcelona, CREC Coworking, durante un tiempo, entre tres y cuatro años. Allí recibí mucha ayuda de los compañeros que se alojaban. Emprender no es fácil y pasas por picos emocionales, gestionas alegrías y fracasos. Tener a gente cerca que pasa o ha pasado por lo mismo me hizo ver que no estaba solo», resume.
Lo que más valora de trabajar en este tipo de entornos es «poder separar lo profesional de lo personal, poder conciliar, y aprender algo de otras profesiones a través del trato con otras personas; de otra manera, tal vez, no tendría esa oportunidad».
Regnier recuerda que, al llegar la Covid, tuvo que hacer muchas tareas desde casa. «Es complicado, especialmente, en el aspecto tecnológico, ves que tienes que invertir en energía y no es barato. Estar en un espacio de cotrabajo te facilita muchos procedimientos. Me enteré del coworking de Falset por una amiga», aporta.
La forma de vida de Regnier requiere, además, mucha flexibilidad. «A veces, he trabajado incluso en mi coche o en cafeterías y bares; reunirse, a menudo, era muy complicado», señala. Está al frente de tres ocupaciones distintas: una relacionada con la consultoría técnica, en la que redacta y traduce patentes; otra en la que ejerce como conferenciante en seminarios y convenciones (www.ippocamp.com), que implica viajar para pronunciar conferencias sobre creatividad y memoria; y, por último, también se dedica a elaborar aceite de oliva en Finca Lilo (www.finca-lilo.com) junto a su esposa.
El resto de la comarca
Este medio ha querido contactar con otras administraciones de la comarca para saber qué es lo que llevan a cabo, por su parte, para fomentar la promoción económica y ayudar a crecer los negocios de los diferentes municipios. Desde Ulldemolins, el alcalde Sergi Méndez expresa que, «a pesar de ser un pueblo pequeño en el que las oportunidades, tal vez, son más limitadas que en las capitales de comarca o grandes ciudades, hacemos todo lo posible por tener una comunicación fluida con el Consell Comarcal del Priorat». Desde la administración local muestran su predisposición para promover y generar oportunidades que ayuden a la inserción laboral y a emprender proyectos.
«Un ejemplo fue la licitación que preparamos para gestionar el refugio de la Ermita de Sant Antoni. Creamos incentivos para quien se encargara y eso reactivó el refugio», pone como ejemplo. Hace saber que, próximamente, publicarán otra licitación con la que pretenden activar el Centre Cívic i Social d’Ulldemolins. «Invertiremos en actualizarlo y alguien se ganará la vida dignamente», dice. Dar empleo a los jóvenes lo destaca como algo que «ayuda a difundir la idea de que, desde los pueblos, también se puede adquirir experiencia», concluye Méndez.