El Tomb de Reus ha tomado un rumbo nuevo a nivel organizativo. De ello se hizo eco el Diari esta misma semana, después de que la entidad lo notificara a través de un comunicado este pasado lunes. Así pues, en lugar de una presidencia con hasta ahora Jacint Pallejà al frente –al que entrevistamos en la página contigua– habrá un consejo directivo que cogerá el relevo de la antigua estructura, con casi una docena de personas que gestionará varios grupos de trabajo. A propósito del cambio, el presidente saliente señala que la entidad ha vivido aspectos positivos, «como que mucha gente conoce el espacio que abarca El Tomb, nos hemos podido diferenciar y creo que hemos demostrado tener un gran equipo humano».
Aun así, también ha habido aspectos negativos, dice Pallejà: «Nos enfrentamos al individualismo en general y luchamos, además, en desigualdad con otros operadores, y lo hacemos con pocos medios; a menudo, somos más lentos de lo que debería a la hora de adaptarnos». La solución pasa, sostiene, por «lograr un gran acuerdo, una gobernanza, con lo que hemos decidido que lo mejor para nosotros es repartir tareas internamente, para ser más ágiles».
Y es que, ya no el comercio, sino otros muchos de los sectores que abarca El Tomb tienen que hacer frente a retos como la formación en digitalización, combatir la fuga de grandes cadenas, así como sobrellevar el precio del alquiler en las grandes arterias comerciales.
El inicio de las rebajas
La maquinaria no para nunca, y el cambio en El Tomb ha coincidido con el inicio de las rebajas, de las que declara Pallejà, han venido seguidas de la Festa Major de Sant Pere, evento que ha traído a gente a la ciudad. «Esta es una temporada en la que los establecimientos pueden ofrecer a la clientela artículos a buenos precios. Es evidente que vivimos un cambio social, y que competimos con centros comerciales y outlets, entre otros actores». La clientela «también está muy espabilada. Hay que fidelizarla, darle algo distinto para que nos elija y vuelva a visitarnos y a comprar».
Por su parte, y como miembro al frente de la gestión de El Tomb de Reus desde 2017, Ana López, reconoce que el cambio en la entidad ha llegado tras mucho meditarlo, cuenta que pensaron dar el paso ya en el mandato anterior. «No podía ser que todo recayera en una sola persona y, por lo general, nadie puede tener una dedicación exclusiva», expresa.
Áreas temáticas
López detalla, por otro lado, que el consejo directivo estará formado por cuatro grupos de trabajo que tratarán temas concretos, y en los que estarán unas tres personas. «Estará el área económica; otra de relaciones con la prensa e instituciones; una más de campañas comerciales, acciones y redes sociales; y una última de relaciones con los establecimientos de El Tomb, a los que intentamos dar una atención lo más personalizada posible».
De esta manera, con los grupos de trabajo de la agrupación, «habrá siempre alguien al frente de un área, en función de su agenda». «Queremos llegar a todo, tener todo cubierto; si uno de los integrantes de un grupo de trabajo no puede acudir a una reunión, podrá asumirlo otro».
López también explica que, desde El Tomb se han impulsado iniciativas que, incluso en época de pandemia, «supusieron un paso adelante, pero también arriesgarse, y lo que cuenta es seguir avanzando y no quedarse quieto». Resume que han trabajado en proyectos de formación, así como campañas y premios para la clientela, entre otros temas.
En otro orden de cosas, El Tomb también expuso en el comunicado citado anteriormente que también potenciarán un órgano llamado ‘el Fòrum’, con el que esperan conocer cuál es la opinión del tejido de asociados, está abierto a todo el mundo que quiera opinar, pensar en voz alta o proponer cualquier iniciativa. De esta forma, además de contar con una estructura más horizontal con el cambio con el consejo directivo, «habrá muchas más participación en el diseño de todas las acciones, y aportará miembros a los diferentes equipos de trabajo», reza el comunicado.