Convertir el sur en todo un «icono de la movilidad sostenible, intermodal y conectada en pleno centro», en palabras de la alcaldesa, Sandra Guaita. En eso consisten los planes del gobierno para Mas Iglesias.
En pocos metros, el barrio concentrará la nueva estación ferroviaria de Bellissens, el traslado de la estación de autobuses interurbanos desde la avenida de Salou, una parada del futuro tranvía, carriles bici, anclajes de la Ganxeta y paradas de bus municipal y de taxis.
El inicio de la construcción de Bellissens, que se produjo la semana pasada, pone la primera piedra de este futuro hub intermodal. Y añade aún más peso a una zona que ya se presentaba como la principal vía de crecimiento de Reus, con más vivienda social en el horizonte.
Lo último en añadirse al proyecto de futuro de Mas Iglesias ha sido el cambio de ubicación de la estación de autobuses interurbanos, que se mudará de la avenida de Salou con la del President Macià a un nuevo espacio de continuidad de la calle de Montserrat Roig. Será subterránea, encajada en el parque, con un solo edificio lineal en forma de puente y la parte de los andenes cubierta para mitigar el ruido de los motores. La Generalitat deberá ejecutar las obras.
Ventanillas juntas
La idea de trasladar los buses interurbanos puso en alerta, en un primer momento, al vecindario, cuando la forma que tomaría la estación todavía no se había concretado públicamente.
La Associació de Veïns El Roserar de Mas Iglesias pidió que el despliegue de la infraestructura no invadiese el parque. Ahora, una vez confirmado que esta se hundirá en terreno y respetará el entorno, el presidente de la entidad, Francesc Jornet, opina que «si realmente se hace como se ha anunciado y no se daña el parque, seguramente no habrá problema», aunque avisa de que «estaremos pendientes de su desarrollo».
Dado que junto a la nueva estación de buses se ubicará una parada del tranvía, la intención del Ayuntamiento es que las ventanillas de venta de billetes de ambos servicios estén en un mismo punto o bien muy cercanas, para que los usuarios ganen practicidad y tiempo. El conjunto se rodeará de taxis y el área donde se enclavará cuenta ya con paradas de bus urbano, carriles bici y anclajes de la Ganxeta.
Un nodo en la trama urbana
Si la estación de autobuses está llamada a ser uno de los grandes focos del nodo intermodal de Mas Iglesias, el otro será la esperada estación ferroviaria de Bellissens. Justo la semana pasada empezaron las obras para levantarla en el solar entre la avenida de Josep Pla y la calle de Manuel de Pedrolo, impulsadas por Adif y con 9,8 millones de inversión, y deberían estar terminadas entre 2025 y 2026.
La previsión es que, durante los primeros compases de su actividad, por Bellissens pasen unos 1.443 pasajeros al día, que serían cerca de 3.565 en 30 años. Son casi tantos como población tiene el barrio, que ronda, con cifras del Open Data municipal correspondientes a 2022, los 3.784 residentes.
Asociado a la estación se construirá lo que ha venido a denominarse paso de ciudad, un acceso que atravesará las vías para vincular, a pie, el ámbito del Hospital Sant Joan de Reus, el Campus Bellissens de la URV y el Tecnoparc con la avenida de Jaume Vidal i Alcover.
Si bien la estación es muy deseada por los vecinos de los alrededores, no ocurre lo mismo con el paso: muchos barrios hubiesen preferido desencallar los sectores que paralizan el puente que se perfiló en la avenida de la Universitat. El entorno ganará a corto plazo más anclajes de la Ganxeta.
El Ayuntamiento destaca el carácter singular de este nuevo nodo por planificarse integrado en la trama urbana, en plena ciudad. Y lo plantea como «un paso más en la apuesta por la movilidad sostenible». En cuanto a los vecinos de Mas Iglesias, que verán emerger esa nueva movilidad, Jornet constata que «son muchos cambios y lo tendremos todo aquí» pero señala que «si se ejecutan bien, será bueno para el barrio y para Reus».
