Reus tiene pendiente el derrumbe de dos viviendas de la ciudad que se encuentran en estado ruinoso. Se trata del número 7a del Passatge de l’Escorial, en el barrio Mare Molas y el 27 de la calle Sant Llorenç, en el barrio del Carme.
El Ayuntamiento aprobó de manera inicial el proyecto de derrumbe de la vivienda 7a del Passatge de l’Escorial. El inmueble, que es propiedad del Ayuntamiento, cuenta con una planta baja y un primer piso, destinadas a la vivienda que ocupan una superficie total de unos 270,24 m2. Actualmente estaba vacío y se habían tapiado los accesos de la planta baja.
El proyecto para demoler el edificio ha sido redactado por los Serveis Tècnics del departamento de Arquitectura del Ayuntamiento. El presupuesto de ejecución por contrato de las obras de derribo contempladas en este proyecto se estima en 69.782,55 euros.
Según se detalla en la memoria del proyecto, los trabajos de derribo se realizarán con «mucho cuidado», para que no afecten a las edificaciones vecinas, en general el derribo se hará con medios manuales, «especialmente cuando se trate de elementos y situaciones que puedan suponer peligro para las personas o las edificaciones vecinas, y ocasionalmente, con medios mecánicos cuando sea posible».
El plazo previsto para la demolición del edificio del Passatge de l’Escorial 7a será de 30 días.
El derribo de la vivienda 27 de la calle Sant Llorenç, fue aprobado de forma inicial en febrero pero se ha retrasado al decretarse el estado de alarma por la emergencia sanitaria de la Covid-19. El coste de la demolición de este inmueble, también propiedad del Ayuntamiento, asciende a los 38.582,76 euros y deberá ejecutarse en un plazo de 45 días. Al tratarse de un edificio entre medianeras también se priorizará realizar las tareas de forma manual. En ambos casos, previamente al inicio de las demoliciones se retirará el mobiliario y los elementos aprovechables.
Por el momento, el consistorio aún no ha detallado los calendarios de las diferentes actuaciones, ni tampoco qué uso se dará a los diferentes espacios. Aún así, fuentes municipales señalan que las actuaciones se llevarán a cabo «cuanto antes».
La demolición de un tercer edificio, en la calle Sant Esteve número 24 del barrio del Carme también quedó paralizada por el coronavirus. El edificio había sido tapiado tras ser ocupado y que se generaran problemas de convivencia con los vecinos. Precisamente la semana pasada empezaron a realizar los trabajos de demolición. La parte interior del inmueble estaba prácticamente derribada y a las 3:30 de la madrugada del sábado la fachada principal y la lateral de la casa, que eran las únicas partes que quedaban en pie, se derrumbaron de forma repentina. A pesar del accidente, no hubo heridos.
Dignificar el Carme
Estos dos inmuebles del Carme forman parte del listado de más de 115 viviendas cerradas y tapiadas o solares abandonados en estado de degradación que la Associació de Veïns l’Harmonia del Barri del Carme hizo llegar al Ayuntamiento para que los inspeccionara. Los vecinos del hace años que luchan para «dignificar el barrio y revitalizarlo».
En 2017 se produjo un derrumbe en la calle Alta de Sant Salvador y en 2018 también hubo dos hundimientos en viviendas de dos casas en la calle Alta del Carme.
El ambicioso Pla d’Obres del Barri del Carme que debía suponer una remodelación integral de la zona aprobado en 2004 quedó truncado por la crisis y ahora aún está pendiente de completarse. A principios del 2019 se derrumbaron los edificios ubicados entre las calles Sant Francesc y Sant Benet. En estos terrenos, propiedad de Incasòl, la Generalitat está estudiando la construcción de unos quince pisos de alquiler social. Y en el espacio también se ubicaría el desdoblamiento del Cap Sant Pere. Por el momento, la zona funciona como parking de zona azul.
Por otra parte, cabe recordar que con el objetivo de incentivar la construcción y mejorar la calidad del parque residencial de la ciudad, el Pla de Reactivació Econòmica de Reus destinará 675.000€, dividido en dos partidas: una de 450.000 en subvenciones para la rehabilitación de viviendas con destino a la bolsa de alquiler social del consistorio, y otros 225.000 euros a la rehabilitación de elementos de los edificios comunes.