El Arxiu Municipal de Reus recibió 20 donaciones el año pasado. Los fondos proceden de particulares y entidades de todo tipo y desde el equipamiento perciben una «mayor sensibilidad ciudadana» en cuanto a su preservación a lo largo de los últimos años. Sobre el asunto, la concejala de Bon Govern, Transparència i Administració Oberta del Ayuntamiento de Reus, Montserrat Flores, aporta que, pronto, habrá novedades: «Tenemos un fondo de una entidad a ingresar a punto de anunciar públicamente. Al mismo tiempo, la agrupación nos ha hablado de su trayectoria, cuyo material ha motivado la elaboración de un libro que permitirá proyectarla hacia afuera».
Habrá, pues, documentación, pero también difusión. Todo esto, incide Flores, «significa recuperar las publicaciones del Arxiu Municipal de Reus, y encaja con los objetivos que queríamos perseguir para con el equipamiento». En materia de donaciones, la directora del Arxiu Municipal, Elisendà Cristià, repasa que las más recientes hechas por entidades en 2023 –y de cuya recepción se hizo eco el Ayuntamiento– fueron, por ejemplo, las del material del grupo de habaneras Les Veus de Reus, el Col·lectiu teatral La Vitxeta y la de los archivos digitales del fondo sonoro de Ràdio Reus.
A nivel particular, el Arxiu Municipal recibió durante el año pasado, y entre otras, las donaciones de la familia Casajuana Briansó y la del fondo del activista Isidre Fonts Masdeu. «Solemos hacer coincidir el anuncio público de la recepción de una donación con días señalados», acota Flores y Cristià tercia: «Este tipo de donaciones, además, toman el pulso de la sociedad del momento y acaban brindando una información importante para quien, en el futuro, quiera realizar una investigación». Las donaciones, afirma la directora del Arxiu, «son muy variadas, hay desde documentación de empresas hasta correspondencia escrita en tiempos de la guerra civil» y valora –al igual que lo hace la edil Flores– el hecho de que entidades y particulares traigan documentación: «Queremos agradecer públicamente el gesto al donante, pues solo haciéndolo permanece cierta información en la memoria de la ciudad y nuestro objetivo es hacer difusión y poner toda la información que recibimos al alcance de la ciudadanía».
La recepción de las diferentes aportaciones, por parte del Arxiu, encierra todo un proceso que implica un trabajo ingente. «Asesoramos antes de recibir nada y, según de qué se trate, hay diferentes pasos y maneras, a través de las cuales acabamos adquiriendo una determinada documentación», cuenta Cristià. Por no hablar del triaje y el filtro aplicado a todo lo recibido, así como «poner todo en contexto». A menudo, «necesitamos que nos informen sobre fotografías o documentos para clasificarlos adecuadamente». Y «si se trata de un material antiguo, tal vez hay que plantearse otros procesos, como la restauración».
La digitalización de muchos de los materiales también es un paso que puede entrar en la ecuación y «nos asegura la preservación de los originales». Todo este trabajo va ligado, comentan Cristià y Flores, «a un proceso de divulgación, para que la ciudadanía sepa cómo consultar determinados documentos», pues tienen que conocer las herramientas que usan para poder tener acceso. El volumen de donaciones que pueden llegar al Arxiu a lo largo de los años «depende siempre del momento, de si una empresa cierra o de si una familia decide hacer una donación al morir un familiar». Saber si aumentan o no las donaciones «no es algo exacto, pero percibimos mayor sensibilidad a la hora de preservar la trayectoria de entidades y o fondos familiares a medida que van pasando los años».