Más calles y plazas del centro peatonalizadas, la urbanización de zonas como Mas Mainer, los cambios en la avenida Sant Jordi con la llegada de La Fira Centre Comercial o la actual mejora y recuperación de la Boca de la Mina. La configuración de las ciudades se va construyendo a través de cada una de las actuaciones que se van realizando en el día a día. Todas ellas regidas por los planes de ordenación urbanística municipal (POUM), instrumento que define aspectos como el modelo de ciudad, el desarrollo urbanístico y las pautas a seguir.
Terminando ya 2020, el Diari hace un repaso de los cambios que Reus ha experimentado durante los últimos diez años del siglo XXI. ¿Cuáles han sido las principales actuaciones urbanísticas de esta última década? ¿Las actuales prioridades urbanísticas son las mismas que las que había en 2010? ¿Qué líneas estratégicas definen el Reus del futuro? Para todo ello, hablamos con la concejal de Urbanisme del Ayuntamiento de Reus, Marina Berasategui, quien de entrada destaca el efecto de la crisis de 2008 en el planeamiento urbanístico. «La crisis hizo replantear el modelo de crecimiento a través de una revisión del POUM y se apostó por uno menos expansivo y más racional», detalla Berasategui. El objetivo de todo ello es consolidar la actual ciudad compacta, «priorizando la regeneración del actual Reus por delante de la expansión. Es una cuestión de prioridades», remarca la concejal.
Partiendo de esta base, Berasategui destaca que las actuaciones urbanísticas desarrolladas en estos últimos diez años han seguido esta línea, «avanzando en accesibilidad y sostenibilidad». Es en este contexto que se enmarcan acciones como las reformas ejecutadas en las plazas Catalunya y de la Sang. El objetivo: dar prioridad a los peatones –con calles de plataforma única– y, consecuentemente, dar un impulso a los comercios. También se semipeatonalizaron, hasta 2011, varias calles adyacentes al arrabal de Santa Anna, como es el caso de Sant Miquel, Sant Tomàs o Alt de Sant Pere. De esta forma, se han tejido zonas en las que el peatón es el centro, dotándole de más espacio en detrimento del vehículo privado. En esta línea se ha avanzado en esta última década, «y seguiremos haciéndolo», avanza Marina Berasategui. Ejemplo de ello es la reciente peatonalización del arrabal de Santa Anna, primero como prueba piloto y ahora ya con la intención de que de cara al próximo año se ejecuten las obras, aunque todavía se está estudiando exactamente cuál será la fórmula. Si dejar la calle en un único nivel o replantear el diseño completamente. La concejal de Urbanisme deja claro que este es el modelo a seguir: «Revisaremos todos los arrabales».
Nuevas centralidades
El concepto ‘centro de la ciudad’ se relaciona habitualmente con el casco antiguo, pero Reus ha trabajado y sigue trabajando con el modelo de «ciudad policéntrica». Es decir, que el municipio tenga varias centralidades, dando respuesta, así, al concepto de ‘ciudad próxima’, donde los servicios están cerca del ciudadano. Uno de los ejemplos hecho realidad en esta última década es el de la zona de la avenida Sant Jordi, en el que La Fira Centre Comercial (inaugurada a finales de 2015) ha jugado un papel muy importante. El nuevo centro comercial comportó la ampliación de las aceras en la avenida de Sant Jordi, calle Gaudí y avenida Onze de Setembre; eliminación de plazas de aparcamiento en la avenida de Sant Jordi y la instalación de semáforos.
Que la zona goza de una nueva centralidad lo avalan los propios vecinos. Concha, que reside en la calle del Antic Pas del Ferrocarril –justo delante del centro comercial–, considera que este punto de Reus es, actualmente, un punto de referencia «y se ha revalorizado». «Ahora hay más tráfico y más gente, a la vez que se mantiene como una zona residencial tranquila», explica esta vecina. Incluso asegura que se siente más segura. Para Concha, esta nueva centralidad ha representado pasar de «estar apartada de Reus a sentir que estoy también en una zona de referencia». Esto ha hecho que cambie también algunos hábitos: «Hago muchas compras aquí y no voy tanto al centro de la ciudad, aunque cabe destacar que es muy importante mantener vivo el tejido comercial local», detalla.
Entre las nuevas centralidades, la concejal de Urbanisme, Marina Berasategui, también destaca la zona de Bellissens, con el Hospital Sant Joan, la URV o FiraReus. «Ahora estamos trabajando con la zona noroeste y otra importante es la del Carrilet. Más allá de estas, tendrá que haber nuevas centralidades», subraya la edil sobre el futuro de la ciudad.
Concretamente, la zona sur, la del Carrilet, es la que actualmente se está estudiando más detenidamente. Encima de la mesa hay distintos escenarios, pero lo que está claro es que este punto –una de las entradas principales a Reus, dado que alberga la estación de buses– se quiere impulsar. La intención es que haya una importante transformación, pero sin la continuidad del Mercat del Carrilet, que cerrará definitivamente en junio de 2021, después de que el consistorio no encontrara a ningún supermercado dispuesto a liderar su reconversión.
En los barrios
Urbanísticamente se ha avanzado en distintos barrios de la ciudad a través de actuaciones que buscaban también la comodidad de los vecinos. En Sol i Vista e Immaculada, por ejemplo, el año pasado se dio por finalizado un longevo proyecto que se arrastraba desde 2009, con el Pla de Barris. Las actuaciones realizadas incluyen la reforma del asfalto y ensanchamiento de las aceras de algunas calles y la renovación de la red de saneamiento. A pesar de todo, y una vez finalizado el proyecto, los vecinos remarcaban que precisamente las actuaciones más importantes para el barrio no se habían materializado: el acondicionamiento del barranco Pedret y la creación de un vial que se uniera con Immaculada.
También en el barrio del Carme se han hecho, estos años, algunas actuaciones a través de la Llei de Barris, como la remodelación del entorno de la plaza de la Patacada –con la construcción del Centre Cívic– y la reforma de una veintena de calles, pero quedaron aparcados otros mucho proyectos a raíz de la crisis.
Con la vista puesta en el futuro, Berasategui destaca la recuperación del paseo de la Boca de la Mina, que se está ejecutando actualmente, como uno de los grandes proyectos, dando valor a las zonas verdes. También cambiará la fisonomía de la ciudad el proyecto de la antigua Hispania, donde el actual parking de zona azul de la Riera Miró se transformará en 80 viviendas (35 de protección oficial) y en un aparcamiento subterráneo municipal. También habrá locales comerciales y equipamientos. Este será un ejemplo más de consolidación de la ciudad ya existente, la línea a seguir por el gobierno de Reus.
Avenida Onze de Setembre
La zona de Mas Mainer fue, durante muchos años, un gran solar en desuso entre la avenida Onze de Setembre, el colegio Joan Rebull, la vía del tren y la calle del General Moragues. Fue en 2016 que se dio luz verde al proyecto de urbanización, a cargo de Unifamiliar Sant Jordi. El primer paso fue la construcción de la nueva rotonda entre la avenida Onze de Setembre y calle General Moragues. Se procedió a crear la acera y a habilitar un gran parque. En 2018 abría puertas un Mercadona y actualmente se están alzando 32 pisos. También se está construyendo el ‘polilleuger’ de la Escola Joan Rebull.
Plaza de la Sang
La reforma de la plaza de la Sang es la última que se ha finalizado en los últimos años, siguiendo la tónica de convertir calles y plazas en plataforma única para dar más protagonismo al peatón. A finales de 2014, empezaron los trabajos en la plaza Catalunya y, posteriormente, se dio continuidad al proyecto actuando en la plaza de la Sang. Con estos trabajos se ha apostado por el viandante y también se ha conseguido dar continuidad al Tomb de Ravals. Y es que en este punto se producía una desconexión entre el arrabal del Pallol y el de Santa Anna que se ha intentado sanar con estas actuaciones.
Avenida Sant Jordi, La Fira
Entre las nuevas centralidades que Reus ha ganado en los últimos años destaca la zona de la avenida Sant Jordi, con La Fira Centre Comercial. Mientras que FiraReus se reubicaba en el Tecnoparc, el antiguo edificio que ocupaba en la avenida Sant Jordi fue derribado. En su lugar es donde se construyó el actual centro comercial. Unos trabajos que fueron acompañados por una serie de cambios urbanísticos: aceras más anchas, más semáforos y remodelación de parte de la avenida Sant Jordi, con la eliminación de plazas de aparcamiento en la zona donde actualmente hay entrada y salida del parking subterráneo.