A algunos no les suena absolutamente de nada, los hay que la recuerdan como una vieja promesa y, para otros, debió llegar mucho antes. Pero, sobre la futura estación de Bellissens, hay consenso: los usuarios habituales del tren coinciden en que «facilitará la movilidad en una zona de la ciudad donde cada vez se concentran más servicios» y «evitará el transbordo con el bus para ir, por ejemplo, hasta el Hospital Sant Joan».
La infraestructura ferroviaria, cuyo proyecto culminó y atraviesa la fase final de revisión, costará once millones de euros –nueve para la estación como tal y dos para el paso de ciudad que la acompaña– y se pondrá en marcha en 2025.
El plazo, el último que ofrecieron Adif y el Ministerio de Transportes (Mitma) en una comparecencia en Reus la semana pasada, lo tiene presente Diego Rodríguez, estudiante de Arquitectura de la URV. Su trayecto siempre es el mismo. «Salgo con margen, cojo el tren para venir de Vilanova, me bajo en Reus y voy andando hasta el Campus Bellissens», relata, y señala que «cuando empecé los estudios –está en cuarto curso– ya se hablaba de que habría un apeadero en Bellissens y los compañeros que llevan más tiempo también lo recuerdan». «Si tuviésemos la estación, el camino a clase sería más rápido y espero llegar a verla antes de acabar la carrera», expresa.
A Macarena Nogales, vecina de Móra la Nova, más de una vez le ha tocado «coger el tren hasta el paseo Mata y luego cambiar al autobús urbano, que suele estar bastante lleno, para ir al hospital; llegar directa sería un gran avance». «Cuando hagan la estación y se pueda subir y bajar del tren en Bellissens, eso quedará a solo un paso y facilitará la movilidad de toda aquella zona», destaca, porque «es una parte de la ciudad que está creciendo mucho y que atrae a mucha gente».
También Anabel López, otra pasajera habitual, le parece «muy bien» que los planes ferroviarios estén ya cerca de materializarse porque la estación «es necesaria para la gente que vive en ese ámbito y los autobuses, a menudo, no funcionan bien». «Seguro que los vecinos estarán contentos», aventura, y añade que «mucha gente lo podrá aprovechar».
Más de 1.400 viajeros al día
La implantación de Bellissens añadirá minuto y medio al tiempo de desplazamiento, según el Mitma. La demanda de viajeros rondará los 1.443 al día en el estreno y, en 30 años, se espera que alcance los 3.565. Por la nueva estación, que se construirá entre la avenida Josep Pla y la calle Manuel de Pedrolo, circularán los servicios RT1 (Tarragona-Reus) de Rodalies del Camp de Tarragona y los regionales R14 (Barcelona-Lleida) y R15 (Barcelona-Riba-roja d’Ebre).
«Aunque yo la hubiese puesto en otro sitio, está bien que hagan una nueva estación», valora Jordi Escribà, viajero que se mueve entre Reus y Barcelona y que señala que «todo lo que sea facilitar la vida a la población es positivo». El radio de habitantes de la ciudad atendidos por la futura infraestructura comprende, en 1.500 metros, hasta 28.731 residentes, con cálculos de Adif.
Y Francisco Vaquero, que está a caballo entre Reus y Mora, lo tiene claro. «Qué menos que contar con una segunda estación. La que ya tenemos, es verdad que queda un poco apartada de Bellissens», dice. Y considera que «será una mejora para quienes vienen al hospital, para que se bajen allí directamente».
Oposición frontal al paso de ciudad
A los vecinos de los barrios del sur, la presentación del proyecto de Bellissens no les ha hecho cambiar de opinión. Celebran –y mucho– la estación, pero rechazan el paso de ciudad porque «es muy caro e inseguro» y «lo que queremos es un puente», indica el presidente de la Associació de Veïns El Roserar de Mas Iglesias, Francesc Jornet. Ahora, «estamos pendientes de mantener una reunión con el Ayuntamiento para la que ya hemos propuesto fecha», añade.
