Conocer el idioma abre puertas en la vida

La Fundació Josep Pont i Gol se reactiva de nuevo tras el parón por la pandemia

15 marzo 2022 19:00 | Actualizado a 16 marzo 2022 06:13
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La Fundació Josep Pont i Gol, una entidad canónica del Arquebisbat de Tarragona con sede en Reus, ha vuelto a reactivar sus programas de carácter social tras haberse quedado en pausa por la Covid-19. Ahora mismo, tienen cinco grupos en activo del programa Comunicació entre Cultures. «Hay tres de mujeres y dos de hombres», explica el director, Xavier Sirolla.

También está el grupo de costura, con personas del barrio de Sant Josep Obrer, y el programa Aixeca't, desde el que voluntarios hacen acompañamiento escolar, repaso a niños y jóvenes, en el barrio Montserrat. La mayor parte de los usuarios son de origen magrebí y eran «más de 200 usuarios en el momento de cerrar por la pandemia».

Pararon por el virus y, especialmente por precaución. «Los voluntarios son sobre todo gente mayor. A primeros de este febrero reactivamos los programas con grupos reducidosm de ocho personas y, entre sí, no coinciden. Priorizamos la higiene de manos y la precaución, intentamos que no haya masificación», dice. A la vuelta, avisaron a los usuarios más implicados, que «habían tenido más continuidad al asistir a las actividades», expone Sirolla. De momento, tienen los cinco grupos de alfabetización mencionados; enseñan «catalán y castellano y las costumbres de aquí».

Ampliación de grupos

La intención del equipo al frente de la entidad es mantenerse en activo hasta junio y «si todo va bien, estudiaremos ampliar los grupos», comenta. Voluntarios «siempre hacen falta», añade, pero «da mucho respeto el asunto de los contagios aún», manifiesta. De momento, tienen siete voluntarios, además del programa Aixeca’t, donde hay «tres, aproximadamente; suelen tener una trayectoria educativa o una profesión liberal». También están en contacto con el Punt de Voluntariat, ubicado en el Centre Cívic del Carme. «Tenemos la puerta abierta a crear grupos nuevos este curso en alguno de los programas. Confío en que, al menos, uno o dos», aporta. De hecho, sobre todo son mujeres las que se animan a asistir a los programas. «Lo más efectivo es el boca a boca. Aquí muchas mujeres socializan y se hacen amigas, tienen culturas diferentes y las dan a conocer», expresa.

La interpretación de documentos y la burocracia en sí misma es algo que está muy presente en las aulas de la Fundació. «Es ingente la cantidad de procesos por los que tienen que pasar las personas para nacionalizarse o conseguir un médico, aquí lo vemos. Hay mucho camino por recorrer, pero lo cierto es que hay mucha gente que no se defiende con facilidad con el idioma e interpretar algunos documentos es un problema», explica. Pone como ejemplo una madre que conoce que asiste a clases de catalán para aprender y, así, ayudar a su hijo enfermo. «Conocer el idioma es una necesidad y entenderlo al ir al médico es, en este caso, vital», señala.

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