El Centre de Lectura (CdL) de Reus se prepara para acoger los días 4, 5 y 6 de mayo el 77è Concurs Exposició Nacional de Roses. La cultivadora de rosas Carme Miró –miembro de la Asociación Española de la Rosa e integrante del jurado profesional del Concurso Internacional Rosas Nuevas Villa de Madrid y del Concurs Internacional de Roses Noves de Barcelona– se encargará de la novedad de la presente edición: unas visitas guiadas a la exposición de rosas del Teatre Bartrina, que se harán domingo 5 y lunes 6. Miró habla de ello al Diari.
¿Cómo se hizo cultivadora de rosas?
Es una afición que tengo, y la práctica la heredé, por decirlo así, de mi tío, hermano de mi madre, al que le gustaban mucho las rosas. Hacía intercambio de diferentes tipos de flor con gente de fuera, para tener más variedades, y buscaba rosales que iba plantando en una masía que, a día de hoy, es mía. Allí, hay un camino de rosales que he ido cuidando. Al ocuparme yo de las rosas, un día se me ocurrió que sería bonito participar en el Concurs Exposició Nacional de Roses del CdL. Y así fue como me fui animando. El primer trofeo que conseguí como cultivadora de rosas es de 2003. Llevo más de 20 años en esto seguro.
¿Se conoce lo suficiente esta práctica? ¿Las visitas guiadas buscan visibilizarla?
Se tiene que crear una mayor cultura de la rosa. Creo que la figura del cultivadora de rosas es poco conocida. Esperamos que haya curiosos en estas visitas, interesados en saber en qué consiste esto de ser cultivadora de rosas. Les llenaremos la cabeza de rosas. Antes, eso sí, hay que reservar en secretaria del CdL o por correo (secretaria@centredelectura.cat).
Sin desvelar mucho, ¿cómo serán estas visitas?
Cuando planteé hacerlas, pensé por dónde empezaría a organizarlo todo. De entrada, fui recopilando información. Adentrarme en el mundo de la rosa me ha hecho conocer a muchas personas, y he conseguido mucho material de antiguos cultivadores participantes en el certamen reusense. Huelga decir, que muchas de las personas que se suman como concursantes, les viene por tradición familiar, y eso se tiene que cuidar, y más con 77 ediciones realizadas.
¿Qué es lo más complejo de participar en un concurso de este tipo?
Te enfrentas al frío y el calor y, con la sequía, claramente, las rosas sufren, a pesar de ser resistentes. Dicen que el terreno tiene mucho que ver. Hace poco, el comisario del certamen, Rafel Ferré, me preguntaba cómo tenía yo las rosas que iban a presentar en la exposición, y eso es algo, por ejemplo, que no vas a saber nunca. La naturaleza tiene sus ritmos. A pesar de todo, cuidar de las rosas me parece terapéutico si estás estresado, te levanta el ánimo. Cabe recordar que, lo positivo del certamen, por segundo año consecutivo, es que, en la modalidad popular, puede participar todo aquel que tenga entre 15 y 20 rosas.
Decía que cuando se aficionó, conoció a mucha gente. Más allá de Reus, ¿qué ha descubierto?
Cuando entré en este mundo me enganché. Me he marchado incluso al extranjero para ver rosaledas destacas y he participado en certámenes a nivel catalán y estatal. Eso te abre la mente. Creo que sabiendo que hay tanta cultura fuera, hay que impulsar la que existe aquí, especialmente a las escuelas.
