Càritas de Reus ha incorporado recientemente, a su conjunto de servicios, uno centrado exclusivamente en las necesidades de la persona migrante. Uno de los objetivos de dicho punto de atención, es asesorar en materia administrativa. De hecho, uno de los temas más habituales es el permiso de residencia por arraigo social.
El punto de atención se ha implementado en la sede reusense de Càritas debido al volumen de usuarios. «Este servicio ya existe en Tarragona, pero la cantidad de personas que solicita atenciones a día de hoy es tal –además con perfiles nuevos que nunca habíamos atendido–, que dar el servicio en Reus se convirtió en una necesidad», explica la técnica responsable del servicio de migración, Isabel Iturrieta, quien expresa que, el que nos ocupa, se trata de un proyecto de Càritas Diocesana de Tarragona.
«Hemos acogido el servicio en Reus para evitar el desplazamiento de mucha gente hacia Tarragona. Desde aquí, podemos absorber atenciones de gente que viva en los alrededores, también», acota Iturrieta. El servicio lleva en marcha desde hace algo más de un mes y están viendo cómo funciona últimamente. «Damos servicio los dos últimos martes de cada mes. Por el momento, el grueso está en Tarragona, aunque a veces nos movemos hasta Salou, también. La cuestión es dar toda la cobertura posible», declara la técnica.
Sobre el aumento de la necesidad, «creemos que respecto a las atenciones que hacíamos hace un tiempo, ha habido un incremento de personas que nunca había solicitado nuestro servicio, quizá podamos hablar de un 20% más respecto lo que venía siendo habitual otros años».
Por lo general, cuenta Iturrieta, «podemos atender cerca de 15 personas en una sola sesión y 30 a la semana». «También, si se da la posibilidad, de que un usuario no pueda acudir al servicio presencialmente, podemos atender por teléfono o correo», informa la responsable.
Una acogida integral
La acogida que propone el servicio de migración de Càritas es una que sea integral. Al usuario se le informa «qué puede hacer en su situación y lo asesoramos». Uno de los temas más recurrentes por los cuales una persona migrada acude al servicio, es la regularización de su situación administrativa y optar al permiso de residencia por arraigo social. La técnica de Càritas Diocesana de Tarragona detalla, sobre los casos de arraigo, que «la figura que más interesa ahora es el arraigo para la formación, solemos recibir bastantes consultas con usuarios con un tiempo de estancia variado, aunque son pocos en ese caso los que no han podido documentarse». A propósito del arraigo, Iturrieta dice que, «en algunos casos, hemos llegado a tener la tercera generación».
Por otro lado, hay casos de «reagrupación familiar, procesos de regulación tras haber habido un episodio de condena, personas que inician una separación, abuelos que solicitan la tutela de los nietos e incluso consultas que son puramente jurídicas: «En este último caso, ponemos al frente a un abogado para que aporte una solución al caso».
Hay varios voluntarios que ayudan en el servicio de migración, como «un compañero puntual, una persona administrativa y dos voluntarios más, aparte de mí». También hay otra persona que se encarga subir al sistema de registro informático de la entidad todos los casos que les llegan. «Eso nos facilita mucho el trabajo, especialmente para hacer un seguimiento. Y es que, a raíz de la primera consulta, se pueden suceder otras más y registrar la información nos permite recordar de dónde habían sido derivadas esas personas y cómo, al final, se solucionan los casos», menciona la técnica.
La llegada de una persona al servicio de Càritas puede producirse desde varios frentes distintos: existe «un protocolo de derivación». «Como trabajamos en red, nos llegan casos de nuestras Càritas, de Servicios Sociales e incluso a veces llegan a nosotros personas derivadas de otras entidades, porque puede darse que compartamos el caso; que nosotros tratemos un aspecto en concreto y solventado éste, devolvamos el caso a la entidad que nos los derivó», aporta Iturrieta, quien recuerda: «Es por eso, que hablamos de una atención integral y personalizada, porque puede que para trabajar mejor un caso, se produzca una derivación».
El perfil de las personas que son atendidas en el servicio de migración de Càritas de Reus «se encuentran en situación de vulnerabilidad social y económica». Agilizar la resolución de los casos es algo «muy importante» y si procede, «y hay casos que podemos atender por teléfono, lo hacemos, no hace falta hacer que la gente se desplace presencialmente».
Iturrieta afirma que es necesario difundir historias humanas de las personas migradas, para que haya una mayor «tolerancia en la sociedad general»: «Hay que analizar la situación que viven en sus países para entenderlos mejor».
