«Soy reincidente en impulsar creaciones colectivas». Así expresa la escritora Lena Paüls (Reus, 1952) su fascinación por colaborar con otros artistas. Esta vez el resultado es 50 mirades des de casa, un libro en línea que compila 50 textos de la autora e ilustrados con obras de arte (fotografías, pinturas, collages), realizados durante el confinamiento a causa de la pandemia de la Covid-19, entre el 15 de marzo y el 3 de mayo de 2020.
«50 mirades des de casa ha sido una manera de sobrevivir culturalmente durante el confinamiento, porque la creatividad no se puede confinar», asegura la autora. En cuanto a su reincidencia artística y colectiva, en los últimos meses Lena Paüls ha participado en el proyecto Si són roses, floriran de Marc A. Pérez Oliván (que recoge 16 textos inspirados en una misma pintura); y a finales del año pasado publicó Bombes de llavors, una colección de 20 prosas poéticas, también ilustradas con fotografías, pinturas y collages de otros artistas.
«El confinamiento nos ha privado disfrutar del ciclo de la naturaleza, que nos ha pasado totalmente desapercibido y que ha continuado»
«Durante el tiempo que hemos estado encerrados en casa, no he podido dejar de escribir, mientras que los colaboradores como el fotógrafo Fabián Acidres no ha dejado de hacer fotos, o Teresa Llorach ha añorado, a través de sus acuarelas, el mar», explica Lena Paüls. Los autores de las obras de arte que ilustran el libro son: Fabián Acidres Pons, Myriam Arnold, ASA, Antonieta Codina, Francesc Corpas, Mònica de Dalmau Mommertz, Màrius Domingo de Pedro, Teresa Llorach, Josep Lomas, Isabel Marsal, Marc Pérez Oliván, Pere Prats Sobrepere, Martina Rius Mauri, Fina Veciana y Rosa Virgili.
Colaboraciones
Sobre el libro, Lena Paüls comenta que «en algunos ya tenía los textos escritos (poéticos y prosa con matices de poesía) y les pedí a los colaboradores si tenían alguna imagen concreta, pero también ellos me ofrecían otras creaciones y entonces yo pensaba algún textos para escribir». Una sintonía creativa que viene precedida –explica Lena Paüls– «por colaboraciones anteriores con los artistas y de quienes conozco su trabajo». El diseño de la cubierta es de Pere Prats Sobrepere.
En cada una de las miradas, Lena Paüls ha querido expresar todo tipo de sensaciones y vivencias, y que resumen el período entre el 15 de marzo y el 3 de mayo. De este modo, el texto Confinats a la quarta setmana de Quaresma, ilustrado con una imagen de una Vella Quaresma del taller ‘Nines de Drap’ de Isabel Marsal, brinda la primera mirada de la cuarentena. «Es un cuento inventado de cómo para salir a la calle le pido a una vecina su perro », explica.
«La lección que he aprendido es la necesidad de comunicar las emociones intensamente vividas»La autora, que vive en Barcelona, ha visto como en las últimas semanas «las gaviotas y las palomas han invadido la ciudad». Por ello, ha dejado volar la imaginación al pensar «en los vagones de metro vacíos y como las palomas entraban en su interior y se adueñaban de ellos». Y es que para Lena Paüls «el confinamiento nos ha privado disfrutar del ciclo de la naturaleza, que nos ha pasado totalmente desapercibido y que ha continuado, mientras hemos estado en casa, como aquel que dice, con abrigo y bufanda». «50 mirades des de casa es una añoranza de lo que hay en la calle y una introspección de lo que no puedes ver cuando estás encerrado», afirma Lena Paüls, para quien la publicación también es un llamamiento a la «esperanza, a seguir las indicaciones porque de otro modo no saldremos adelante».
Como artista, en este tiempo, Lena Paüls explica que «he tenido todas las herramientas a mi alcance para seguir creando y trabajando, aunque me ha faltado poder ir al teatro cada día, salir tranquilamente a la calle y contemplar la naturaleza». Obra de Martina Rius es un dibujo sobre la primavera y del que Lena Paüls ha escrito: «Vas repenjar l’escala extensible en un núvol. T’hi vas enfilar amb una càrrega de colors. I vas dibuixar la primavera al cel. Per si l’havíem oblidada».
Para la autora de 50 mirades des de casa la experiencia ha sido «positiva» y «también es un recuerdo para los que ya no están y que se fueron sin poder ser despedidos». Por ello, Lena Paüls reconoce que «de lo que cada uno de nosotros hemos vivido aprenderemos alguna lección, y la mía es la necesidad y la voluntad de comunicar a través de imágenes que reflejan las emociones intensamente vividas».