L a sensatez de Miquel Roca, uno de los siete padres de la actual Constitución española de 1978 y quien todavía ejerce su magisterio político a través de las páginas de un periódico, ha planteado la pregunta correcta: y ahora, ¿qué? Tras las elecciones catalanas del domingo –afirma quien fue uno de los padres de la Constitución vigente–, «básicamente todo ha quedado igual. No hay que menospreciar los cambios que se han producido. Nuevos repartos, pero siempre dentro de unos mismos –o muy parecidos– bloques. Con equilibrios diferentes y liderazgos más consistentes, la división persiste. Y esto, hasta ahora, no ha dado buen resultado. La abstención, por ejemplo, no únicamente debería atribuirse a la Covid. Pero, en todo caso, el tema ahora es o repetir o cambiar. Esta es la cuestión».
Repetir sería regresar a la situación de la que se pretendía salir, y que el expresident Quim Torra no supo gestionar, seguramente porque resultaba imposible hacerlo dada la rivalidad y a incompatibilidad entre Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y la posconvergencia.
Cambiar es optar por una solución transversal. Y la más obvia es la que reproduciría el pacto que ya existe en el Estado (socialistas con ERC y con comunes), y el tripartito que ya gobernó Catalunya.
Quede, en fin, expuesta la evidencia, aunque ni Miquel Roca ni quien esto firma tengamos alguna fe en la razonabilidad de los políticos catalanes, dispuestos con entusiasmo a hacer precisamente lo que no procede.